Las recetas que más me gustan son técnicamente sencillas pero sofisticadas en cuanto a sabor y presentación. El hecho de que un plato tenga pocos ingredientes no lo convierte en una comida poco elegante. Al contrario. Hacen falta pocos pero grandes ingredientes, puesto que son los que aportan los mejores sabores. Unas sencillas técnicas culinarias y una buena presentación pueden convertir los alimentos más sencillos en un sofisticado menú.
A menudo sirvo huevos para las cenas de entre semana o como un primer plato durante los meses invernales, y los adoro como plato principal para las comidas de invierno. Me recuerdan a las cenas en el campo, donde la comida principal es el almuerzo y las cenas son más ligeras. Uno de mis platos favoritos son los “Huevos de la Casa”.
Es uno de los platos que primero cocino cuando volvemos a casa después de un largo viaje. Hay que hacerlos con huevos frescos, orgánicos siempre que sea posible, y así tendrán una yema amarilla y se cocinarán más fácilmente. Los huevos orgánicos son más pequeños pero tienen un sabor mucho más intenso.
Otro plato maravilloso son los «Huevos a la Flamenca», que tienen sus orígenes en Aranjuez, una bellísima ciudad a las afueras de Madrid que solía ser la residencia de verano del rey.
El pescado es un ingrediente necesario en nuestra dieta, pero esa no es la única razón por la que me encanta. Un pescado fresco es sencillísimo de cocinar: hierbas, limón y unas gotas de aceite de oliva son todo lo que hace falta.
VICTORIA AMORY.
Encontrar una pescadería de confianza es la mejor alternativa a la pesca. Si es realmente buena, te venderán el pescado salido directamente del mar. Y entonces sólo hará falta untarlo con aceite aromatizado de hierbas y un poco de limón para sacarle el máximo partido. Sin embargo, cocinarlo puede impregnar de olor toda la casa, y es bastante desagradable. Hay que tenerlo en cuenta si va a recibir invitados. Unas velas perfumadas alrededor de la puerta de entrada y del salón antes de que lleguen los invitados, pueden disimular el olor a pescado.
Y ahora voy a hablar de esos platos de carne que prácticamente no requieren esfuerzo y le permiten a uno ocuparse de todos los detalles de una fiesta. Encender velas, poner la mesa, preparar los platos de acompañamiento y meter a los niños en la cama, son cosas que se deben hacer antes de que lleguen los invitados, por lo que rara vez hago un plato de carne que necesite dedicación, sino más bien uno que se pueda cocinar en el último minuto. Mis favoritos necesitan poca atención, y en realidad mejoran si los dejo en el horno más tiempo del que especifica la receta.
Se me vienen a la cabeza el chili, el pastel de carne y muchos guisos de invierno que se pueden cocinar durante horas sin que nadie les haga mucho caso.
Tal vez la característica más interesante de mis recetas es que sólo hace falta seguir unas directrices básicas que sirven de inspiración, y que el resto se puede improvisar. De hecho, los animo a que incluyan algunos ingredientes por su cuenta y de esa forma le den un toque personal a sus guisos.
Huevos a la Flamenca
Haga este plato con verduras de primavera. Si lo desea, agregue alcachofas baby, judías verdes, cebollas perla e incluso habas. Es un plato colorido y delicioso. Perfecto para una cena a mitad de semana. Me gusta servirlo en una cazuela, para conservar su carácter rústico. Y siempre hay que hacerlo en el horno.
Para cuatro raciones (como plato principal) o seis (si es el primer plato)
1 libra de tocino grueso, cortado en cubitos
1 libra de chorizo, en rodajas finas
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla pequeña, picada
1 diente de ajo, pelado y rebanado
Un cuenco de tomate cortado en dados
10 puntas de espárragos, cada una de aproximadamente 3 pulgadas de largo
1 libra de guisantes frescos pequeños o congelados
1/2 taza de caldo de carne
6 huevos grandes
Sal y pimienta recién molida
En una sartén a fuego medio, freír el tocino y el chorizo hasta que suelten toda la grasa y estén crujientes. Escurrir sobre papel absorbente y reservar.
Precaliente el horno a 400 ° F. Caliente el aceite de oliva en una cazuela de barro a fuego medio. Añada la cebolla y el ajo y rehogue hasta que esté transparente y suave. Vacíe la mitad del líquido de los tomates en dados y añada a la mezcla de cebolla. Añadir los espárragos y cocinar a fuego lento hasta que parte del líquido se evapore. Añadir los guisantes y mezclar todo. Añadir el caldo y cocer a fuego lento durante 5 minutos. Con unas pinzas, poner los espárragos decorativamente en el plato. Con una cuchara grande, hacer 8 muescas espaciadas uniformemente en la mezcla de tomate. Romper un huevo en cada hendidura y salpimentar. Esparza el tocino y el chorizo y hornee hasta que los huevos se cocinen a su gusto. Yo prefiero que los huevos se hagan bien, lo que supone aproximadamente de 12 a 15 minutos. Si cocina este plato en una cazuela, puede hacer los huevos al fuego y cubrir la cazuela para acelerar el proceso. Servir caliente y burbujeante ■