Foto: Andrés Rodríguez / 123RF Stock Photo.
En una fiesta resulta fundamental que los invitados sean muy conscientes de unas ciertas directrices, tanto explícitas como implícitas.
En cuanto tome asiento, mire el menú de inmediato y decida lo que va a pedir antes de comenzar la conversación con el resto de comensales. Si el anfitrión se hace cargo de la cuenta, evite pedir el plato más caro de la carta. Y recuerde, a nadie le gusta estar sentado al lado de alguien quisquilloso con la comida así que guárdese las quejas para usted.
Reserve su lugar. Responda con prontitud a la invitación y sea puntual.
No cancele en el último minuto. Si no hay más remedio, que sea por una buena razón. Las cancelaciones son la mejor forma de poner su nombre a la cabeza de la lista negra.
No pregunte si puede llevar a alguien si sólo le han invitado a usted.
No beba ni coma demasiado.
No mueva su tarjeta ni cambie su lugar en la mesa. Le han sentado en ese lugar por alguna razón, de modo que aténgase a ello.
Tampoco cambie los asientos de los demás. Si hay algún asiento vacío puede sentarse pero consultando siempre al anfitrión. ■