Invitar a un grupito de niños traviesos a ver un partido en casa por la tarde puede ser un auténtico placer. Sí, un placer. Personalmente consigo sobrevivir organizando la diversión en el jardín y en la piscina. Nada mejor que montones de actividades físicas para que todos se sientan agotados y felices.
Si se desea, se puede indicar en la invitación que los padres deben quedarse durante la fiesta. Salvo que cuente con ayuda extra, no hay nada tan injusto como tener que hacerse cargo de los niños de otros, hacer fotos cuando se soplan las velas y ocuparse de que el chocolate no destroce la alfombra, todo al mismo tiempo. Se trata de ser la anfitriona, no una super woman.
Le sorprendería lo serviciales que pueden ser los padres en medio del caos de una fiesta infantil, siempre que tengan a mano unos aperitivos y una copa de vino blanco (por cierto, alegrar la limonada de fresa con un chorrito de vodka para los adultos ¡puede ser una idea acertadísima!). Le sugiero que ofrezca algo un pelín más sofisticado que sandwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada. Y jamás los hago, especialmente desde que las alergias al cacahuete se han vuelto tan habituales entre los niños.
Está claro que los niños no van a valorar una delicada milhojas en tres capas sobre caramelo derretido, de modo que lo mejor es hacer recetas sencillas. Además de los platos salados y dulces, puede preparar una fuente surtida de fruta con uvas, fresas y melón, decorándolas con hojas verdes esparcidas aquí y allá.
Salvo que sea panadero profesional, deje la preparación de la tarta a quienes saben hacerlas. Una tarta de cumpleaños de tres chocolates y cuatro pisos podría impresionar a los padres, pero para su hijo no significará nada el que usted se pase días esclavizada en la cocina para prepararla. Todo lo que va a tener en cuenta el niño es la figurita que adorna el pastel, créame.
Muéstrese generoso con la lista de invitados y procure que todos los niños de la clase tengan su invitación para no herir los sentimientos de nadie y evitar malentendidos. La invitación ha de hacerse extensiva a los hermanos. Organice una fiesta divertida y breve. Dos horas de actividades planificadas es perfecto. No pasa nada si los invitados quieren quedarse, pero especifique la hora de comienzo y final de la velada. ¡Sobre todo el final!
Haga que sus niños colaboren creando, escribiendo y enviando invitaciones. Pregúnteles su opinión sobre el menú y permita que elijan la tarta de cumpleaños. Pueden ayudarla también a decorar el jardín con globos y a organizar una “búsqueda del tesoro” si les apetece. Y sí, ellos pueden incluso ayudarla a escribir las notas de agradecimiento. Todos estos eventos son excelentes formas de enseñarles que el aliciente de los regalos lleva aparejado el deber de agradecer.
Recuerde: lo divertido es hacer muchas fotos y plasmar recuerdos que van a perdurar para siempre.
Esta tarta, increíblemente fácil de hacer, es una de mis favoritas. Está deliciosa tanto fría como templada. Utilice chocolate de buena calidad como el Lindt. A mí me encanta comerla sola, pero mis hijos adoran tomarla con una ración de helado de vainilla.
2 copas de chocolate
5 huevos grandes separados
1 taza de azúcar glass
1 taza de almendras molidas
Precaliente el horno a 350º. Unte el molde con la mantequilla. Funda el chocolate al baño de María hasta que esté suave. Bata las yemas y el azúcar glass hasta que alcance el doble de su tamaño. Bata las claras a punto de nieve. Con la ayuda de una espátula mezcle con cuidado las claras y las yemas con las almendras, añada el chocolate, después envuelva todo con el huevo. Ponga la mezcla en el molde e introdúzcala en el horno unos 20 minutos o hasta que los bordes se empiecen a separar del molde. Deje enfriar. Saque la tarta del molde, colóquela en un plato decorativo y decore con azúcar. ■