Aunque, a día de hoy, el whisky se elabora en muchos lugares del mundo, su nombre queda ineludiblemente ligado a la tierra que lo creó y lo hizo famoso: Escocia, lugar legendario en el que se destilan dos tipos de whisky; el de grano y el de malta. El primero se prepara a partir de agua de manantial, cebada malteada y no malteada y otros granos, mientras que el whisky de una sola malta se elabora solamente con agua y cebada malteada. El whisky de mezcla (Blended) es el más demandado, ya que posee un sabor suave y probablemente más tolerable para el consumidor menos arriesgado. Pero sin duda, el rey de los whiskies es el de una sola malta (Single Malt), todo un lujo y una delicia para aquellos que se han tomado la molestia de educar su paladar y adquirir el gusto complejo y gratificante de los sabores ahumados, auténticos y complejos.
Existen seis regiones en Escocia, cada una de ellas, con su estilo propio:
Speyside, cuyos whiskies suelen caracterizarse en general por su elegancia y complejidad y, a menudo, por un refinado toque ahumado.
Lowlands, una zona que deja patente la suavidad de la propia cebada malteada. Highlands, la región más extensa. Produce whiskies de carácter desarrollado, firme, seco, con un pequeño toque de la turba de la región.
Islay, en las islas Hébridas interiores, tiene la suerte de poseer grandes concentraciones de turba, azotadas por el viento. Los single malts de esta región destacan por su carácter fenólico, a yodo y algas.
Campbeltown, en la costa oeste de Escocia. Sus single malts son muy peculiares, con un fondo salobre que los hace únicos.
Islands, las Islas son una región geográfica más que una región característica. Jura, la isla, situada justo al norte de Islay, produce single malts parecidos a los de las Tierras Altas, pero se diferencia por su excepcional suavidad, sabor a frutos secos y su turba aromática.
Mi región predilecta a la hora de elegir un whisky de una sola malta es Speyside, quizás porque allí se concentran más de 50 destilerías y es más fácil encontrar algún whisky que agrade. Pero son ustedes los que deben descubrir cuál es el que mejor se ajusta a sus preferencias. Algunos personajes ilustres como Winston Churchill, Humphrey Bogart, John Wayne, Ernest Hemingway o Errol Flynn fueron entusiastas seguidores del single malts durante su vida, y demostraron que los verdaderos amantes de este maravilloso licor de tonos dorados son casi siempre fieles a una marca hasta el final de sus días. Eso sí, les recomiendo que un néctar de estas características lo sirvan siempre en un vaso de buen cristal transparente, ancho y pesado, y si pueden tómenlo sólo porque piensen por un momento y respondan sinceramente: ¿Le pondrían hielo a un distinguido vino de Rioja español, a un exquisito Oporto o a un refinado champagne francés? ■