El tan esperado The Peninsula Hotel Paris se inauguró el pasado agosto en el moderno distrito 16, a poca distancia del Arco del Triunfo. Una restauración que duró cuatro años y medio y devolvió su brillo al emblemático edificio de finales del siglo XIX, la primera propiedad del grupo hotelero en Europa.
Restaurante LiLi.
Todo lo que distingue a The Peninsula como un ícono de lujo está presente en el hotel parisino: una impresionante colección de arte, traslados al y desde el aeropuerto en Rolls Royce, un servicio profesional y acogedor, un spa de primera clase y la más avanzada tecnología en las habitaciones para huéspedes. El hotel también se distingue por ofrecer algo muy especial para París: LiLi, su restaurante chino de muy alta gama.
Dirigido por el chef Tang Chi Keung, poseedor de una estrella Michelin, y bautizado con el nombre de una cantante operática de la década de 1920, el restaurante LiLi impresiona desde el primer momento. Su imponente interior —inspirado en el drama de la ópera china y francesa— nos transporta a un elegante club del Shanghái de las primeras décadas del pasado siglo: un espectacular biombo de ébano tallado a mano cubre una inmensa pared y refleja la luz de las velas de las mesas; un techo abovedado con dosel drapeado constituye el punto focal del salón, y unas inmensas cortinas carmesí, con elegantes borlas azul cobalto, armonizan con el azul de las arañas de cristal de Murano. Luego están los detalles, como un ramo de rosas en cada mesa, portapalillos de plata y pequeñas y delicadas tazas de porcelana para servir la bebida de bienvenida: una mezcla única de té oolong.
Lili es el escenario perfecto para disfrutar de una exquisita cocina cantonesa. El variado y extenso menú tiene dos páginas dedicadas a dim sum (pequeños bocados hechos con una masa de pasta y rellenos de diferentes ingredientes como carnes, vegetales o mariscos) y una completa sólo para el té oolong verde, blanco y negro. El menú de degustación de seis platos, ofrecido en el almuerzo y la cena, es la manera ideal de saborear lo mejor de la cocina. Para el almuerzo hay también un surtido de dim sum. Si acude en pareja, lo mejor es que uno pida el menú de degustación y el otro ordene a la carta para poder probar tantos platos como sea posible. Vea aquí nuestra selección de restaurantes, bebidas y productos gourmet.
Nuestra cena comenzó con aperitivos dulces y salados, seguidos por la sopa de mariscos —sabrosa y ligera— rebosante de vieiras, setas, rodaballo y camarones en un caldo claro. Luego, nos sirvieron el plato favorito de la noche: langostinos estilo Szechuan, perfectamente sazonados y delicadamente crujientes. Las verduras de temporada salteadas en wok venían acompañadas de raíces de loto, un contrapunto perfecto para el langostino picante. A continuación, llegó el turno del plato de carne: solomillo de ternera al wok con salsa de pimienta negra endulzada y, como acompañamiento, un plato de arroz frito con camarones. Cuando pedimos el pato de Pekín, nos preguntaron si queríamos que fuera agridulce, frito con sal y pimienta o con soja. ¡Una decisión difícil! El pato para las crêpes, con la piel brillante y casi crujiente, fue troceado diestramente en nuestra presencia. Las finas crêpes permitieron disfrutar plenamente del extraordinario sabor del pato. Fue una verdadera delicia. Para el postre, probamos una crema helada de mango con pomelo y sagú. Su dulce sabor afrutado fue un broche de oro para cerrar el festín.
Pepino y nabo con salsa de pimienta Sichuan.
Para acompañar nuestro banquete chino, Xavier Thuizat, el chef sommelier, nos recomendó un vino blanco del valle del Ródano, “Cote Chatillion” Domaine Bonnefond 2013 y un tinto Pessac Leognan Chateau Lespault Martillac 2009.
El menú de degustación de la cena cuesta 140 dólares y el del almuerzo 75 dólares. El hotel también cuenta con un segundo restaurante de alta cocina, I’Oiseau Blanc, que se especializa en lo que los franceses llaman cocina “de la granja a la mesa”, con un comedor elegante e informal de temática inspirada en la aviación y terraza cubierta y al aire libre. ■