Epernay, en Francia, es conocido como el centro de la región productora del selecto champagne francés. En esa pequeña comuna, situada a unos 150 kilómetros de París, se erigen las mansiones sede de algunas de las más famosas marcas a nivel mundial. En el número 26 de su emblemática Avenue de Champagne, luego de dos años de dedicadas tareas de renovación y preservación de su patrimonio artístico y cultural, reabrió, el 6 de julio de 2017, la Maison Perrier-Jouët.
La tradicional marca francesa de champagne fue fundada en 1811 por Pierre-Nicolas-Marie Perrier y su esposa, Rose-Adálaïde Jouët. Sus vinos se han servido en las mesas de diversas personalidades históricas; entre ellas, la reina Victoria y Napoleón III. En 1856, Perrier-Jouët se constituyó en creadora del primer champagne brut conocido.
La historia de la Maison se enlaza posteriormente con el surgimiento del Art Nouveau, durante la Belle Époque francesa. Sus salones fueron ricamente decorados con obras de los artistas más prestigiosos del entre-siglos francés, como Majorelle, Gallé, Daum, Guimard, Lalique, Toulouse-Lautrec y Rodin. Estas obras constituyen hoy, junto a posteriores incorporaciones, la colección de Art Nouveau más importante de Europa.
El emblema de la Maison Perrier-Jouët es un envase esmaltado con anémonas en arabescos, creado en 1902, para uso exclusivo de la marca, por el maestro vidriero Émile Gallé, fundador de la Escuela de Nancy. Sin embargo, la relación más notable de la Maison con este periodo es, tal vez, su champagne brut Belle Époque, antiguamente conocido como la “Fleur de Champagne”. En la actualidad, una de sus variedades, el champagne Perrier-Joüet Grand Brut, es uno de los diez más vendidos en el mundo.
La esperada celebración
Para la reapertura, los remozados salones y jardines recibieron a un grupo de selectos huéspedes y celebridades internacionales. Entre ellos, destaca la modelo Karolina Kurkova, quien es embajadora de la marca y, según ella misma expresa, se siente muy identificada con el estilo Perrier-Joüet. Durante la recepción, se recordó el episodio de la creación del primer champagne brut. Siendo Perrier-Jouët proveedora destacada de la Casa Real Británica, recibió sugerentes precisiones en cuanto a las particularidades del estilo británico. Los maestros de la bodega se dedicaron a reducir significativamente el azúcar en sus vinos base, con lo cual lograron una composición y un buqué diferentes a lo hasta entonces conocido y que sedujo inmediatamente al paladar Real. El actual Perrier-Jouët Grand Brut es un descendiente directo de aquella tradición, elaborado a partir de un assemblage de tres variedades champenoises: chardonnay, pinot noir y pinot meunier, procedentes de sus propios viñedos. ■