Una alternativa gratificante que cada vez cuenta con más adeptos es la vuelta a lo artesanal, a comer de forma inteligente, conscientes de la calidad de lo que nos llevamos a la boca. Auspiciada por el movimiento Slow Food, que defiende los placeres de lo sencillo y genuino, esta tendencia se ha materializado en los últimos años en la elaboración de pan artesano en nuestros propios hogares, un tema central de múltiples foros, blogs y cursos que se imparten en todo el mundo.
Entre otras cosas, el Slow Food desea recuperar el goce de comer un pan recién horneado. Todo comenzó en el 2004, a raíz de la publicación de The Handmade Loaf (Hecho a mano) de Dan Lepard, una colección de recetas, historias personales y fotografías que capturan panes y panaderos caseros de Europa.
Luego aparecería Bread (El pan) de Jeffrey Hamelman, toda una revolución mundial que hizo que miles de personas comenzaran a interesarse por el pan casero y su forma de elaboración. A partir de entonces, obras similares, artículos de prensa y programas de televisión nos hablan, por ejemplo, de cómo preparar masa madre, cómo cocer un pan rústico o cómo elaborar un pan negro alemán o una chapata con aceite de oliva y aceitunas negras.
Dan Lepard.
Hacia el año 2008, la llamada “fiebre del pan” se convierte en un fenómeno mundial que hoy continúa pues, en la actualidad, tanto en Europa como en Estados Unidos proliferan los cursos en los que expertos panaderos imparten sus enseñanzas a un público deseoso de recuperar una costumbre atávica prácticamente desaparecida. En París, Londres o Miami, la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu ofrece clases magistrales acerca de cómo elaborar pan artesanal.
En España, por su parte, hay expertos como Iban Yarza, quien cuenta con una importante legión de seguidores que no se pierden sus relatos en sus blogs El foro del pan o La memoria del pan. Yarza también es autor del exitoso libro Pan casero, en el que además de facilitar exquisitas recetas, explica al lector las nociones básicas acerca de materias primas, fermentación, utensilios, amasado o corte del pan.
La tendencia de confeccionar pan artesanal se ha extendido por todo el mundo. En la ciudad de Nueva York, el International Culinary Center (Centro Culinario Internacional) enseña las técnicas para mezclar, fermentar y darle forma a los panes de la manera correcta y la importancia de la temperatura de la masa antes de hornear. En la costa oeste de los Estados Unidos, el San Francisco Baking Institute (Instituto de Hornear de San Francisco) ha recibido premios por mejorar el arte de la panadería y los estándares de la educación culinaria. Y en la Toscana rural, la Escuela de Pan Artesanal ofrece cursos con algunos de los mejores panaderos de Europa. ■
FOTOS: Cortesía Pili Cruz.