La tradición vitivinícola de Croacia se remonta a cientos de años atrás, pues lo que hoy conocemos como Dalmacia fue una antigua provincia romana, y es sabido que, donde los romanos ponían un pie, plantaban viñas, ya que el vino formaba parte consustancial de su cultura.
Hoy en día Croacia cuenta con dos importantes superficies dedicadas a la elaboración de vinos: la interior y la costera. La interior está situada en la llanura del Danubio, que llega hasta las montañas de Zagreb, entre los valles de los ríos Save y Drave. Por su parte, la costera ocupa una franja por todo el extenso litoral adriático de más de 500 kilómetros y comprende cuatro regiones: Istria, Dalmacia septentrional, Dalmacia continental y Dalmacia meridional, a lo que hay que sumarle todas sus pequeñas islas y las localidades de Dinga y Postup, ubicadas en la Península de Pelješac.
El cultivo de las viñas en la costa adriática se realiza en suelos complicados, un tanto pobres, secos, pedregosos, de clima mediterráneo y con muchas horas de sol durante el día, lo que se traduce en una muy baja producción, pero a la vez en creaciones absolutamente excepcionales. Los vinos que se elaboran en estas tierras, desconocidos para la mayoría de los consumidores, son potentes, de alta graduación, tánicos, sabrosos y con una personalidad que los hace únicos y muy apreciados por los críticos y expertos así como por los amantes del buen vino. Además, son equiparables, por calidad y presencia, a los excelentes Prioratos de Cataluña o los vinos del Piamonte italiano.
En la Península de Pelješac los viñedos ocupan más de 1.000 hectáreas y la mayoría son de uvas de la variedad plava mali, que se caracteriza por ser un fruto pequeño y carnoso con el que se elaboran buenos tintos. En esta demarcación se destacan bodegas como Milos, que produce con la autóctona uva plava mali vinos tan singulares como el Plavac 2010. También son muy reconocidos los vinos de la bodega Matusko, en especial su Royal Selection Dingac elaborado con plava mali. Ambos son ideales para acompañar un buen asado de carne, un queso manchego maduro o un filete tártaro.
Otra área vitivinícola destacada es la de Istria, ubicada justo debajo del Golfo de Trieste, donde existen bodegas de calidad intachable. Una de ellas es Benvenuti, que elabora admirables vinos con uvas malvasía, terán y muscat. La otra bodega destacable es Vina Cattunar, propiedad de Franco Cattunar (uno de los mayores productores del lugar), que descuella por sus vinos espumantes de malvasía y sus equilibrados y elegantes tintos mono varietales de uvas teran y merlot.
En Dalmacia también se producen vinos blancos que se elaboran con uvas autóctonas. Por ejemplo, la cepa bogdanuša, que es originaria de la isla de Hvar, da vida al prošek, un tradicional vino dulce de color ámbar. Por otro lado, tenemos la cepa debit, uva blanca de origen italiano que se encuentra en toda la Dalmacia central.
Si alguna vez se topa con una botella de vino de Dalmacia en alguna de las estanterías de su enoteca favorita, no dude ni un momento en llevársela a casa, porque créame que se sorprenderá gratamente. ■