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Esperé ansiosamente tras una cortina oscura en el vestíbulo del restaurante SPQR en San Francisco, preguntándome si tendría la suerte de conseguir mesa. Este restaurante, galardonado con una estrella Michelin y con capacidad para 45 comensales, fue el primero de mi lista durante años, pero cada vez que pasaba por allí, había una cola larguísima. Felizmente, ese no fue el caso aquel viernes por la noche, así que decidí probar fortuna y esperar.
El aclamado SPQR tiene al frente de sus fogones al famoso chef Matt Accarrino (nombrado el mejor nuevo chef del 2014 por Food & Wine y cinco veces finalista del «Best Chef West» de la Fundación James Beard), conocido por su estilo, realmente único y creativo, de preparar comida italiana.
El restaurante abrió sus puertas en 2007 y, con un menú compuesto por platos tan deliciosos como los fettuccine ahumados con tocino, erizo de mar y huevo de codorniz, no tuve duda de que que sería una experiencia celestial. “Voy a tratar de sentarlos en el bar”, dijo la maitre ‘d. “Esperen un momento”.
Mi novio y yo esperamos pacientemente junto a la puerta, que se abría y cerraba sin parar. Los clientes que habían hecho reserva llegaban y enseguida eran llevados a su mesa, mientras yo los observaba con una leve sensación de envidia. Un camarero se acercó a nosotros con dos vasos de Prosecco. «Aquí tienen, gracias por esperar”, dijo, ofreciéndonos las bebidas como cortesía de la casa en un intento de hacernos más agradable y llevadera la espera.
Al poco tiempo, nos sentamos en los altos taburetes de la barra, delicadamente curvada. Lo habíamos logrado: estábamos a punto de comer en el famoso SPQR (acrónimo del latín “Senatus Populusque Romanus”, que se traduce como “La gente y el senado de Roma”). No pude quitar mi vista de la increíble lista de platos que ofrece el menú, separados en tres secciones: antipasti, primi y secondi.
Un camarero informado y eficiente nos recitó los especiales del día, mientras yo disfrutaba de un delicioso vino italiano, seco y robusto. El menú resultó ser una mezcla heterogénea de platos que encendieron todos mis sentidos.
SPQR tiene varios secretos, además de la creatividad y destreza del chef y su equipo: uno de sus principios es que todos los ingredientes vayan directamente de la granja a la mesa. Además, toda su pasta se hace en casa. En este restaurante encontrarás, en platos primi, mariscos de la Bahía de San Francisco, cangrejo Dungeness, erizo de mar y mezze maniche de tinta de calamar con camarones del golfo, mientras que los secondi incluyen conejo envuelto en tocino y manzana asada, o un sabroso esturión de Sacramento.
La exquisita variedad de platos
¿Cómo elegir? ¡nada fácil esta decisión! Finalmente, nos decidimos por dos aperitivos: cangrejo de cáscara blanda con incrustaciones de arroz negro, y pulpo con col rizada, panissa, garbanzos y limones en conserva.
Además, pedimos dos platos de primi: avellanas strozzapreti con salsa ragu de cordero estofado con vino Marsala y verduras silvestres, cubierto con avellanas trituradas y queso de cabra, y fettuccine ahumado con erizo de mar.
Cuando llegó la comida, me quedé sin palabras. Bellamente presentados, nuestros platos parecían más obras de arte que comida.
Los sabores eran deliciosos. Hice una pausa en cada bocado para dejar que las sensaciones se mezclaran en mi boca, paladeando los complejos e intrincados sabores. SPQR fue todo lo que imaginé, y más. El restaurante, con su diseño cálido, mesas de nogal y suaves asientos de cuero negro, es uno de los favoritos en San Francisco.
La barra donde comimos —y que muchos prefieren a las mesas— sirve todo el menú. Quienes deseen sentarse en el mostrador del chef, pueden beber vino viendo a Matt Accarrino y su talentoso equipo cocinar en un espacio de menos de 200 pies cuadrados. Asegúrate de pasar por SPRQ la próxima vez que estés en San Francisco. ¡Y no olvides hacer una reserva! ■
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