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Las invitaciones exclusivas a cenas privadas en novedosos restaurantes o a comidas gourmet al aire libre en casas particulares, podrían ser una buena forma de ayudar a los restaurantes a sostener el negocio pese a la cuarentena, al permitirles organizar comidas más pequeñas e íntimas. Desde Tokio a Miami, esta tendencia ha sido un éxito para los amantes de la buena mesa. En estas citas, los interesados en participar resuelven enigmas, siguen instrucciones misteriosas, se inscriben en listas y esperan ansiosamente los detalles de última hora para saber si son los elegidos para disfrutar de un menú único con invitados desconocidos. Pero estas cenas, no derivan en tediosas conversaciones filosóficas sino que se convierten en deliciosas reuniones sociales, donde lo que se come es tan importante como la persona que tienes al lado.
Muchas de estas sociedades gastronómicas secretas fueron iniciadas por amigos en sus casas o por los cocineros en los cuartos traseros de conocidos restaurantes. Sólo con el boca a boca, la fama de algunas de ellas ha crecido hasta el punto de tener a miles de personas en sus listas de correo, cuando sólo cuentan con capacidad para treinta o cuarenta comensales por encuentro. La elección de los invitados para la próxima fiesta depende de la organización o simplemente del método de selección que cada sociedad elija.
Si quiere comenzar una aventura gastronómica nueva, le ofrecemos una guía de algunas de las sociedades gastronómicas más codiciadas. ¡Buen provecho!
Sociedad Gastronómica Patrón
Patrón, fabricante de tequila de lujo, se enorgullece de crear experiencias sociales únicas en su ya ultra famoso Club. Los escenarios elegidos resultan impresionantes y combinan las creaciones de un galardonado chef y un barman igualmente célebre para crear menús únicos en combinación con cócteles exclusivos elaborados con la bebida de la marca.
Los chefs Marcus Samuelsson de Nueva York, Michelle Bernstein de Miami, o el maestro de la cocina mexicana Rick Bayless, son sólo algunos de los cocineros ilustres que han servido cenas para esta sociedad. Los lugares escogidos son tan magníficos como el menú: un antiguo monasterio español, una azotea con vistas a Manhattan, la embajada de Finlandia en Washington e incluso una casa de mala fama en el barrio francés de Nueva Orleans. El último evento tuvo lugar en el rancho privado de John Paul DeJoria, fundador de la compañía de bebidas Patrón y de los productos para cabello Paul Mitchell.
“Nos dieron las instrucciones para buscar una dirección a unos cinco kilómetros de distancia y unos minutos más tarde llegamos a los terrenos rocosos de una finca privada, donde fuimos recibidos por camareros con esmoquin que nos ofrecieron el primer cóctel de la noche: ¡Divino!… ‘Puesta del sol en Austin’ elaborado con Patrón Silver, aperol y jugo de limón”, explica Stephanie Keller para The Huffington Post. Los invitados disfrutaron de seis creaciones únicas inspiradas en Patrón y elaboradas por el barman Larry Miller. Además, fueron agasajados con una comida de cinco platos elaborada por las estrellas locales de la gastronomía, Ned y Jodi Elliott. El menú consistió en torre de flan con cangrejo y espuma de limón Patrón, tarta tatin de tomate al horno con shiitake y pesto, cobia curado con salsa de naranja y jamón, tatin de langosta y cebolla con verduras de primavera, lomo de ternera adobado en Patrón con verduras de temporada a la nage, plátano caramelizado y natillas con galletas de nuez, dulce de leche y helado de café aromatizado con Patrón.
Para tener acceso a cualquiera de estos eventos hay que hacerse miembro del Club Social de la marca y esperar a que acabe la cuenta atrás y se den a conocer el nombre de la ciudad y el enigma. A continuación, tiene noventa y seis horas para responder correctamente y le darán la oportunidad de ganar una plaza para usted y un acompañante.
Studiofeast, New York
Studiofeast se describe como “una invitación para los amantes de la buena mesa, centrada en la creación de experiencias gastronómicas únicas”. Sus eventos son escenario de nuevas ideas y encuentros sociales. Y si bien es cierto que los socios son entusiastas de la comida por encima de todo, también lo son de la diversión y de los buenos ratos.
Mike Lee comenzó Studiofeast para crear algo que combinara la experiencia de ir a un restaurante con la sensación de estar cenando en casa de tu mejor amigo. “Cuantas más cenas organizábamos, más nos empujaban a potenciar este concepto, como el de crear un vínculo más estrecho, una conversación entre los invitados, que al final, quiero pensar, se traduce en una experiencia social más interesante para los comensales. Si puedo usar la comida, los conceptos y el lugar para que dos extraños se conviertan en amigos, entonces me doy por satisfecho”, afirma Lee.
En Studiofeast, los tête-à-têtes son tan valorados como cada uno de los platos sorpresa del menú. Por lo general, se sientan cuarenta comensales para una comida de seis o siete platos. Recientemente han lanzado una serie de cenas llamadas “Domingo en Studiofeast”, a las que asisten alrededor de doce personas y en las que se prueban de tres a seis comidas.
Las plazas para sus eventos son limitadas y la única manera de conseguir invitación es obtener un lugar en la lista de correo. Rellene el formulario en su página web y le informan de si ha sido aceptado. A los participantes se les enviará el lugar del evento 24 horas antes que tenga lugar. Las reservas no son reembolsables y el primero que llega es el primero al que atienden.
Txoko Miami
El restaurador y diseñador Shinichiro Ogata ha puesto su propio toque de lujo en una nueva versión de la cultura japonesa contemporánea. Este genio del sector que se ha puesto al frente de Higashi-Yama, un nuevo concepto de cena japonesa, ya ha abierto varios restaurantes, incluyendo el club gastronómico Yakumo Saryo, con salón privado y exclusivo para socios.
Situado en un barrio residencial, los últimos asistentes no lo han tenido fácil para encontrar el lugar. La casa se divide en comedores privados secretos, donde los huéspedes cenan en el anonimato total. Una vez dentro, se le servirá una tradicional cena japonesa de varios platos acompañada del tradicional Sake.
“El cocinero trabaja silenciosa y laboriosamente en la preparación de los pequeños platos, con un estilo que evoca la tradicional ceremonia japonesa del té, o kaiseki. Cada plato llega a la mesa acompañado de una pieza explicativa impresa en papel de arroz del tamaño de una galleta de la fortuna”. Así describía Brett Martin su experiencia en la revista Esquire.
Lograr sentarse a la mesa en este salón privado es difícil. Nuestra mejor recomendación es preguntar al conserje de su hotel de lujo de Tokio. ■
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