Si vives en Boston, Massachusetts, seguramente ya sabes moverte por la ciudad y conoces los mejores mercados orgánicos para comprar verduras y hierbas frescas antes de regresar, en bicicleta o caminando, a casa. Pero si estás visitando esta ciudad por primera vez, puede resultarte abrumador elegir un buen mercado o uno de los mejores restaurantes, dada la cantidad que hay repartidos por tantos barrios diferentes y que, además, ofrecen experiencias únicas y exclusivas.
Si por ejemplo buscas en Yelp, lo más seguro es que acabes en uno de esos sitios populares, llenos de turistas ávidos de vivir una auténtica experiencia bostoniana. O si lo que buscas en un lugar donde, simplemente, comer algo rápido, tal vez te dirijan a sitios tan modestos como Mama’s Place, que vende alimentos y comida barata.
¿Pero qué sucede si lo que buscas es un verdadera experiencia culinaria de calidad y no uno de esos lugares populares y llenos de gente? Lo que tienes que hacer entonces es, sin duda, ir al Downtown de Boston, en donde se concentran los mejores chefs de la ciudad con sus cocinas experimentales y los proyectos que más les apasionan. Encontrarás allí sitios increíbles para comer, escondidos en apacibles rincones de placitas encantadoras que se encuentran desde Watertown, donde se encuentra el premiado restaurante Sarma, hasta Cambridge Street, que se extiende de Cambridge a Boston.
Field & Vine en Union Square
Si tuviera que describir Field & Vine en una sola palabra elegiría, definitivamente, “único”. Para empezar, la entrada al local es una puerta de garaje industrial que de inmediato llama la atención. Adentro te encuentras con un festín visual de decoraciones suntuosas y algo extravagantes que le dan una frescura estética muy especial a este restaurante.
En cuanto a la comida, no te puedes perder del crostini de mousse de hígado de pato, ni la ensalada de atún rojo ahumado, muy ahumado. Como broche de oro, ordena la crema de chocolate con lavanda para postre. Otro plato que vale la pena probar es el rabo de buey asado con paprika, cilantro y huevo escalfado.
El bar es otra cosa que tampoco se puede dejar de ver. Es un auténtico vergel, y también es un lugar para pasar un buen rato, pues rinde homenaje a las plantas ornamentales de una manera muy artística, algo que le da al restaurante tanto ambiente como encanto.
Puritan & Company en Cambridge Street
Aunque Puritan & Company ha recibido magníficas críticas desde hace años, lo que realmente lo ha hecho sobresalir sobre el resto de los restaurantes bostonianos es su increíble Noche Julia Child, en la que chefs de toda la ciudad preparan las recetas favoritas de esta emblemática figura de la gastronomía. Si eres aficionado a este tipo de eventos y sigues a @puritanco en Instagram, manténte atento a los anuncios de los próximos menús de precio fijo creados para esta noche especial y que incluyen fantásticas reinterpretaciones de la Strozzapreti, la pasta también conocida con el abominable – pero «glamoroso»- sobrenombre de “la asesina de los sacerdotes”.
Si por algún motivo te pierdes la noche de Julia Child en este restaurante, no te preocupes. El menú de degustación de seis platos compensará con creces esa oportunidad perdida y, sin importar la estación, el crudo es una opción que siempre te sacará suspiros, igual que la mesa larga junto a la cocina, repleta con una cantidad inimaginable de postres preparados en la pastelería de la planta baja.
Giulia en Porter Square
Giulia es un acogedor lugar que se protege tras una gruesa cortina del gélido aire invernal de Porter Square. Con un ambiente espectacular, el restaurante cuenta con una cocina abierta que les permite a los comensales presenciar cómo se prepara la pasta en vivo. El pappardelle con jabalí de la casa lleva setas trompeta negra (Black Trumpet), enebro y parmesano, para darle un toque delicioso y totalmente original. Otro plato que no puedes perderte son los pasteles de semolina calientes rellenos de maíz dulce, nuez moscada, trufas negras y más. Los discretos y atentos meseros son complementan a la perfección el ambiente íntimo del lugar, convirtiéndolo en el restaurante perfecto para sentarse, cenar y relajarse.
Postdata: Giulia también tiene la mejor selección de vinos italianos de Boston y cuenta con sommeliers de primera clase.
ArtScience Culture Lab & Café en Kendall Square
Este estiloso local a las espaldas de Kendall Square, donde suele ir a comer el innovador y ultra vanguardista grupo de residentes, académicos y amigos de las prestigiosas universidades norteamericanas de Harvard y MIT, es perfecto para quienes buscan una opción diferente y cocina alternativa. No te sorprendas si te tropiezas con el famoso fundador de alguna gran empresa u otro líder, y asegúrate de de ver la exposición de arte que está presentando en ese momento el restaurante antes de sentarte a cenar.
Incluso si sólo vas a comerte un snack o algo ligero en el bar, su menú particular tiene cosas tan tentadoras como las mini hamburguesa de foie gras. Además, sus platos y la presentación de los mismos reflejan con vividez la vibrante fusión artística de este espacio de techos altísimos. Ya en la mesa, podrás disfrutar de una entrada ¡para chuparse los dedos!: panna cotta de erizo seguida de un tartare de cordero coronada con una langosta del día. Por último, los inmensos ventanales, de techo a suelo, inundan de luz natural el lugar en las mañanas y crean por las noches una agradable sensación de amplitud.
El restaurante también es una opción fantástica para las personas con sensibilidad o alergías alimenticias y restricciones en su dieta. El chef está personalmente a cargo de todo, asegurándose de que cada comensal pueda participar y disfrutar de la experiencia única del ArtScience Culture Lab and Café sin importar sus requerimientos dietéticos. ■