Anne-Sophie pertenece a una saga familiar que comenzó su bisabuela Sophie y continuó su abuelo André Pic quien, en 1934, en el Auberge du Pin, consiguió las primeras tres estrellas Michelin. Posteriormente, su padre, Jacques Pic, el célebre chef al mando del Hotel Restaurante Pic de Valence, recuperó las añoradas estrellas en 1973.
Cualquiera podría decir que el peso de la herencia era enorme para Ann-Sophie, pero no fue así, al menos no desde el principio. Recuerda perfectamente cómo, siendo apenas una niña, su padre le preguntaba continuamente si quería dedicarse al negocio familiar; pero ella le contestaba con evasivas, pues siempre tuvo presente las palabras de su madre: “Este trabajo es muy duro y si terminas haciéndolo, será porque no eres capaz de otra cosa”.
La difícil dicotomía entre desilusionar a la madre o agradar al padre estaba servida. El tiempo y la madurez le proporcionaron los medios para satisfacer a ambos. Con la mayoría de edad, Ann-Sophie se marchó a París a estudiar Comercio Internacional en el Institut Supérieure de Gestion y, más tarde, viajó por todo el mundo con su marido, a quien conoció en sus años de estudiante. Así descubrió Japón y su inconmensurable concepción de la cocina. También trabajó en labores administrativas en la firma Moët & Chandon hasta que un día decidió regresar al restaurante familiar.
Así lo hizo. Se presentó ante su padre y le dijo que quería hacerse cargo de los fogones. Tras el fallecimiento de su padre a los pocos meses, Anne-Sophie se vio sola frente a la mirada recelosa de su hermano mayor y un equipo integrado por hombres que no la estimaban, pues ni siquiera había realizado estudios de cocina. Tenía por entonces 28 años. No se amilanó, se enfrentó a las dificultades y se convirtió en la chef principal de Maison Pic. A partir de ese momento, comenzó una etapa de éxitos continuados que culminó cuando, a los 38 años de edad, recibió sus definitivas tres estrellas Michelin.
La gastronomía que desarrolla Anne-Sophie en su restaurante nace del instinto, de la provocación bien entendida, de una concepción artística y sublime de la cocina que concentra todo su entendimiento en una llamativa y elegante combinación de sabores. Anne-Sophie Pic es una creadora abierta a lo nuevo y a los desafíos culinarios, pero sin abandonar lo esencial: el gusto.
En el restaurante Maison Pic el espacio que ocupa el comedor ha sido completamente remodelado para convertirse en un escaparate de la cocina de Anne-Sophie. Se distribuye en tres espacios distintos: un comedor con mesas redondas para preservar la intimidad de la comida, una segunda estancia en la que las mesas cuadradas flanqueadas con grandes sofás crean una sensación de cercanía y, finalmente, una rotonda forrada en satén rosa acolchado que acentúa la sensación silenciosa creada por la iluminación sutil. Maison Pic es un lugar inolvidable, dirigido por una mujer única, que merece la pena conocer. ■