La excelente gastronomía de Copenhague, la capital de Dinamarca, ha hecho que en la actualidad la ciudad cuente con restaurantes que en total suman 20 estrellas Michelin. Ahora, las palabras danesas nordisk mad (comida nórdica) son símbolo de distinción.
Copenhague.
Bajo el brillo de las estrellas Michelin, la escena culinaria danesa ha revolucionado la cocina en Europa con opiniones unánimes de críticos y revistas especializadas. De hecho, la prestigiosa revista británica Restaurante eligió durante tres años consecutivos al restaurante Noma de Copenhague como el mejor del mundo; actualmente ocupa el quinto lugar. La apuesta de Noma combina el talento de su chef René Redzepi y un concepto estricto: el compromiso de utilizar únicamente ingredientes de los países nórdicos. Por eso, sus recetas se basan en creativas combinaciones de productos locales, como algas de mar, carne de cordero y buey o hierbas y raíces comestibles. Una cena típica podría ser un aperitivo de chips de piel de bacalao, unas gambas de Groenlandia con nieve de leche, un tartar de buey almizclero con guarnición de tréboles o una langosta del mar del Norte.
Restaurante Noma.
Copenhague ha superado a grandes ciudades de tradición gastronómica como Roma, Viena o Ámsterdam. En este paraíso de estrellas Michelin también destaca Kokkeriet, un encantador restaurante situado en el barrio de Nyboder. Su cocina moderna demuestra un respeto absoluto por las tradiciones danesas y le ha valido una estrella.
Restaurante Kokkeriet.
Otro sitio reconocido es Formel B, que fue destacado con su primera estrella en el 2006. Ubicado en el barrio de Frederiksberg, gracias a su sublime menú de seis platos, es señalado como uno de los mejores restaurantes de Escandinavia.
Restaurante Formel B.
La experiencia gastronómica no acaba en estos restaurantes. En Copenhague se celebran eventos culinarios exclusivos por su originalidad, diversión y calidad. Saborear un bocado de la exquisita región nórdica en el Festival de Cocina de la capital danesa es una extraordinaria experiencia. Este año, el festival —de 10 días de duración— celebró su duodécima edición con una explosión de colores y aromas que llenaron toda la ciudad, convirtiéndose en una tentación para los paladares más exigentes. ■