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Las pastelerías Aux Merveilleux de Fred ofrecen pequeños piezas gourmet que nos remontan con elegancia a los salones de la sociedad francesa de los siglos XVIII y XIX en una experiencia sensorial única digna de los paladares más exigentes. Fréderic Vaucamps, nacido en 1963 en Francia, comenzó su aprendizaje como pastelero a los 14 años. Fred, como es conocido, es una de esas personas hechas a sí misma, que ha forjado su conocimiento a base de práctica, experimentación, éxitos, pero también fracasos, pues en 1982 se hizo cargo de una pastelería junto a su hermano, que terminó siendo una total desilusión. Pero como suele pasar con los grandes hombres, no se amilanó y continuó con un periplo personal y profesional que le ha llevado a convertirse en uno de los exponentes más creativos de la alta pastelería francesa.
En 1985, Fred, fruto de su avidez intelectual, descubrió en los libros unos dulces que le dejaron completamente anonadado y cautivado, los Merveilleux, una receta tradicional del norte de Francia y Flandes, consistente en merengues recubiertos de nata montada. Y digo descubrió, porque estos dulces son parte de la tradición más golosa y sofisticada de Francia, pues surgieron a finales del siglo XVIII, en la época del Directorio, tras el periodo de terror vivido con los jacobinos luego de la Revolución Francesa.
Bajo este nuevo régimen, la vida de la alta sociedad francesa renació y mujeres famosas como Madame Tallien y Madame Récamier abrieron sus salones para ser punto de encuentro de la elegancia nouvelle: Los Incroyables y las Merveilleuses (Los Increíbles y las Maravillosas).
Los Incroyables eran jóvenes caballeros con modales afeminados, cuya única preocupación era la búsqueda del placer. Mientras tanto, las damas Merveilleuses, seguían cánones de moda que escandalizaron a todo París, pues usaban vestidos confeccionados con fino lino y gasa transparente, que se asemejaban a los utilizados por las antiguas griegas y romanas.
Frédéric Vaucamps ha captado la fantasía y diversión de los Incroyables y las Merveilleuses en su universo pastelero único. Los Merveilleux han renacidos a su antigua gloria gracias a sus mejoras, sumados a los deliciosos Les Cramiques, el kramiek, palabra flamenca que define a un pequeño pan brioche relleno de pasas, aparecido por primera vez alrededor de 1830 en Valonia y Flandes, y que en la manos de este creador de dulces, alcanza la consideración de pequeñas obras de arte, pues les ha aportado diferentes sabores y un toque de fantasía.
Quince años más tarde del fracaso inicial, Fred abrió su primera tienda en la ciudad francesa de Lille, donde mejoró su receta Merveilleux con un merengue recubierto de chocolate y crema batida con virutas de chocolate negro que se deshacía en la boca. Su fama desde entonces ha crecido con creaciones únicas de diferentes Merveilleux: L’Incroyable, L’Impensable, Le Merveilleux, Le Magnifique, Le sans Culotte y L’Excentrique, y sus deliciosos brioches, Les Cramiques: Grape, Chocolat y Sugar. Gozosos dulces en los que se entremezclan magistralmente ingredientes tan apetitosos como: merengue, galletas artesanales, crema batida, chocolate blanco, crema de café, virutas de chocolate, almendras, avellanas, praliné, caramelo, cereza cristalizada, etc.
Luego de la apertura de la segunda pastelería Aux Merveilleux de Fred en Lille, este exitoso pastelero ha inaugurado nuevas tiendas en Knokke, Bélgica, París, Londres, Nueva York y en el resto de Francia, donde se elaboran los Merveilleux frente al cliente, ofreciendo una experiencia visual y olfativa incomparable. ■