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En Anantara Golden Triangle Elephant Camp & Resort, ubicado en la región tailandesa de Chiang Rai, se encuentra el Dara Camp, un santuario dedicado no sólo a rescatar elefantes en cautiverio, sino también a enseñar cómo deben cuidarse y protegerse estos animales tanto en Tailandia como en los demás países del sureste asiático.
En los campamentos turísticos de Tailandia «trabajan» alrededor de 2.700 elefantes, muchos de ellos en condiciones lamentables. Uno de los debates públicos más candentes que se producen a diario en Tailandia es el tema de si el turismo de elefantes es ético o no. Sin embargo, el Dara Camp está poniendo sobre la mesa otro problema aún más urgente: cómo mejorar las condiciones de vida de los casi 4.500 elefantes que se cree viven en cautiverio en esta nación.
El lujoso Anantara Golden Triangle Resort de 5 estrellas se encuentra ubicado en un área privilegiada de 160 acres de selva conocida como el «triángulo de oro» de Tailandia, el punto donde convergen los ríos Mekong y Ruak justo en la frontera con Myanmar y Laos. Actualmente viven aquí 25 elefantes rescatados y sus entrenadores, llamados mahouts. También es la sede del centro de investigación Golden Triangle Asian Elephant Foundation (GTAEF), que administra el Dara Elephant Camp en la propiedad y que recibe donaciones provenientes de cada huésped que se aloja en el resort.
Lo que comenzó como una simple operación para rescatar elefantes y ofrecerles un hogar más seguro, con más recursos y atención médica con veterinarios especiales para aquéllos elefantes que sobreviven en las peores condiciones, ahora ha expandido su misión para lograr mejorar la vida de todos los elefantes asiáticos en cautiverio, sin importar en dónde estén.
La GTAEF, dirigida por John Roberts, tiene el sueño de vivir en un mundo sin elefantes cautivos, pero reconoce que, acabar de golpe con los campamentos de elefantes del sureste asiático para lograr esa meta no es algo práctico ni factible de inmediato, así ha enfocado su estrategia en una causa mucho mayor: la educación al respecto, la investigación y las políticas de protección.
Al crear el Dara Elephant Camp en el Anantara Golden Triangle Resort, tanto el hotel como la organización pueden ya educar al público, a las comunidades locales y a los que tal vez sean los más importantes: los mahouts, que aprenden a obtener con su trabajo recursos para sus familias en condiciones menos inhumanas, en un ambiente natural y en condiciones legales.
La vida de los mahouts en el campamento tiene infinitas ventajas. Estos cuidadores, que suelen “casarse” con un elefante de por vida, tienen allí vivienda gratuita para sus familias, servicios veterinarios, seguros y educación gratuita para sus hijos así como un estipendio mensual por encima del promedio de los empleados del resort. Igualmente, el Dara Elephant Camp provee también comida para los elefantes, ¡que no es poca cosa!: un paquidermo come hasta 550 libras de comida diariamente.
Además de todos estos beneficios que reciben los cuidadores o mahouts, sus esposas han creado, por su parte, un negocio de tejidos de seda del cual reciben todas las ganancias y que, además, les permite vender sus piezas a los huéspedes del resort.
Todo esto se le ofrece a los mahouts como incentivo para que mantengan el más alto estándar de cuidado y atención a sus elefantes. Para la GTAEF, ese ha ser el estándar de calidad de vida que deben recibir todos los elefantes cautivos del sureste asiático. Como hasta el momento no existen regulaciones al respecto, la organización propone sentar las bases, junto a su equipo internacional de científicos y veterinarios, para desarrollar y enseñar a los demás estos estándares de calidad que se viven en Dara.
Además de apoyar la misión del GTAEF al hacer una reserva en el Anantara Golden Triangle Resort, los huéspedes tienen muchas maneras de interactuar con los elefantes durante su visita. El programa «Walking with Giants» (Paseando con gigantes) permite, por ejemplo, que los visitantes se unan a las caminatas diarias de los mahouts y sus elefantes por la selva, pudiendo ser así testigos de la profunda capacidad de socialización de este majestuoso animal y disfrutando de momentos inolvidables. Pero si lo que desean es una interacción más proactiva, pueden tomar clases de mahout y aprender a comunicarse y dar instrucciones al elefante, por supuesto, acompañados por su cuidador.
Para quienes tengan una pasión especial por la educación y la conservación, el E.L.E. (Elephant Learning Experience) reúne huéspedes y expertos del equipo de la Fundación para que juntos observen cómo juegan los elefantes bebé mientras comparten con los más recientes descubrimientos sobre el comportamiento, biología y conservación de este animal. Por cada invitado que compre este programa, el resort hace una donación a la GTAEF.
El Anantara Golden Triangle Resort es un hotel que no sólo ofrece todos los lujos y amenidades de un 5 estrellas, sino que brinda la oportunidad de interactuar con los icónicos elefantes de Tailandia y mejorar directamente la calidad de vida de estos animales tanto en el campamento como de fuera de él. ■
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