Desde su creación, el Fondo para la Niñez de Armenia cristaliza el deseo de su fundador, Garo Armen, de ofrecer a todos los niños de esa república del suroeste de Asia mejores oportunidades para su desarrollo y crecimiento personal, en beneficio de sus comunidades.
Armen es un exitoso hombre de negocios que preside la prestigiosa empresa de biotecnología Agenus, Inc., en Lexington, Massachusetts. Nació en Turquía y es de origen armenio, vive en la ciudad de Nueva York desde 1970, pero viaja con frecuencia a su tierra natal para conocer de cerca el impacto de su organización, conocida en inglés como el Children of Armenia Fund (COAF).
En agosto del 2003, Armen visitó la entonces desolada y empobrecida aldea de Karakert y organizó una reunión con más de 700 miembros de la comunidad, desesperados por la necesidad de un cambio. Hoy el poblado ostenta renovaciones que incluyen viviendas, una guardería, una escuela, una clínica y un centro comunitario. Impresionados por esta transformación, los pueblos vecinos comenzaron a hacer preguntas sobre las posibilidades de trabajar con el COAF. Para el año 2006, a medida que se procuraba la financiación necesaria, el fondo ayudó con el desarrollo de cinco aldeas más. 22 comunidades se han beneficiado hasta ahora de la asistencia del COAF, llegando a más de 28.000 pobladores de las aldeas rurales de Armenia.
Las mejoras en la educación, la salud y las condiciones económicas de la población son las prioridades, pero a la vez se trabaja en recuperar los elementos fundamentales de la infraestructura de los pueblos. Cada comunidad tiene una estrategia de desarrollo distinta, según sus necesidades, y cada proyecto se desarrolla desde cero.
Los proyectos comunitarios de COAF ofrecen capacitación para médicos, enfermeras, maestros y administradores de escuelas, estableciendo centros de desarrollo y de formación profesional para los jóvenes y brindando apoyo a los niños con discapacidades. Para mejorar las condiciones económicas, el COAF ayuda a las personas de bajos ingresos a obtener préstamos sin interés.
En el ámbito de la agricultura, a los pobladores se les enseña a utilizar sus recursos naturales en la forma más provechosa. Por ejemplo, se completó la construcción de un sistema de riego de 3.280 pies en el pueblo de Aragarsavan, el cual servirá para irrigar más de 320 acres de tierra. Antes de instalarse esa tubería, se desperdiciaba más de un 25% del agua.
Unos 20 trabajadores de la organización sin fines de lucro tienen su base en Armenia y trabajan directamente con los residentes de las aldeas, con los líderes comunitarios y con funcionarios del gobierno. También colaboran con las agencias locales e internacionales especializadas en las áreas necesarias. Por otra parte, el COAF comenzó a trabajar con el modelo de centros de aprendizaje SMART, que estimulan aún más la educación y creatividad en todas las aldeas rurales.
Cada centro SMART cuenta con actividades al aire libre, invernaderos y espacios bajo techo para entrenar y capacitar a los niños y a los pobladores adultos en habilidades relevantes, incluyendo agricultura, silvicultura, carpintería, construcción, cerámica y apicultura. Los centros ofrecen programas con tecnología de punta, a través de aulas virtuales interconectadas, zonas de reunión para los estudiantes y clubes juveniles, así como auditorios para espectáculos y presentaciones donde se imparten clases de lenguaje, artes y música.
“La construcción de centros SMART es un concepto experimental, altamente progresivo y es el primero en su tipo. Nuestro objetivo es la integración de métodos vanguardistas en colaboración con enfoques locales para conectar a las comunidades rurales. No sólo estimulamos el avance de las comunidades rurales en Armenia, sino de todo el mundo “, dijo Armen en la inauguración del primer centro SMART en la comunidad de Debet en Lori.
Mediante las valiosas acciones benéficas del COAF, Garo Armen está provocando una verdadera revolución social, económica y cultural en los poblados más desamparados del país de sus ancestros. ■