A Stacey Boyd se le ocurrió fundar Olivela, un e-commerce o tienda en línea de carácter filantrópico, tras visitar varios campamentos para refugiados en África en 2015 y recorrer Kenia y Ruanda para conmemorar el Día de Malala Yousafzai. La acompañó la joven Premio Nobel de la Paz paquistaní.
Así fue como Boyd conoció a infinidad de niñas que asistían a escuelas improvisadas, y se trazó la meta de mejorar la calidad de vida infantil a nivel global. En 2017, Olivela alzó vuelo, proporcionando a los consumidores una impecable experiencia de comprar artículos de ultra lujo donde se ofrecía mucho más que prendas de moda.
“Me di cuenta de inmediato de que podíamos aprovechar el capital del comercio de lujo para generar beneficios y oportunidades para tantos niños necesitados a lo largo y ancho del planeta, y supe que podía aplicar la experiencia que obtuve al lanzar Schoola, cuya misión es beneficiar a las escuelas públicas de los Estados Unidos”, dice Boyd.
Efectivamente, Schoola, una tienda virtual de ropa usada usada y en buen estado, fue fundada por Boyd en 2013, a fin de recaudar fondos para programas de arte en escuelas desfavorecidas. Schoola fue su primer proyecto de comercio en línea humanitario y ha tenido un éxito rotundo.
Stacey Boyd, una ex directora escolar que obtuvo maestrías en administración de empresas y orden público en la universidad de Harvard, cree firmemente en proveer educación estable a los niños. Con Olivela, busca facilitar esa oportunidad para los niños en todo el planeta, entrelazando los mundos del comercio minorista de lujo y los donativos.
Siempre se experimenta una sensación gratificante al adquirir un artículo codiciado, y la experiencia de compra en Olivela es aún más satisfactoria. Los compradores pueden presenciar el impacto directo que su dinero ejerce en lo que Boyd llama “el efecto Olivela”. Junto al precio de cada artículo, el consumidor puede ver cómo su compra ayudará a niñas refugiadas. Olivela estableció acuerdos con CARE, el Fondo Malala y Too Young to Wed, organizaciones dedicadas a empoderar a las niñas por medio de la educación.
“No hay nada más desolador que darte cuenta de que el lugar donde nace tu hijo se reduce a la casualidad. Que solo son afortunados de nacer en un lugar que tiene mucho para ofrecer. Porque, si bien el talento está distribuido equitativamente, no se puede decir lo mismo de las oportunidades. Queremos hacer lo que podamos para asegurar que las niñas en todo el mundo tengan acceso a educación segura y consistente, para que puedan alcanzar su potencial”, dice Boyd.
Inicialmente, a Boyd le preocupaba cómo reaccionarían los diseñadores de moda ante su plataforma filantrópica de comercio en línea. Para empezar, se comunicó con una docena de marcas y todas le dieron el visto bueno. Hoy en día, Olivela incluye más de 225 marcas líderes de moda y belleza, entre ellas Christian Louboutin, Missoni, Givenchy y otras.
¿Y por qué no? Las donaciones caritativas son más populares que nunca. En 2017, la práctica de donativos aumentó a un estimado de $410 mil millones y ha ido en aumento casi cada año desde 1977 (solo hubo 3 años en los que descendieron: 1987, 2008 y 2009). A nivel mundial, la mayoría de las donaciones son individuales (un 70%) y el 14% del total de donativos se destina a causas educativas.
Este verano, Olivela abrió su primera boutique “pop-up” o espontánea en Nantucket, Massachusetts. Stacey Boyd planea expandir su e-commerce humanitario abriendo más boutiques y agregando marcas y categorías de compra adicionales. Su meta es que Olivela se convierta en “el destino minorista filantrópico por excelencia”. Hasta la fecha, los compradores han proporcionado más de 34,000 días de educación a las niñas únicamente con sus compras. Eso sí que es gastar sin remordimientos. ■
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