La apertura del nuevo centro Casita María para las Artes y la Educación supone una gran oportunidad para las familias hispanas que quieren vivir el tan anhelado sueño americano. Claire y Elizabeth Sullivan empezaron trabajando en un pequeño apartamento del este de Harlem, y su primer desafío fue ayudar a que los niños hispanos se adaptaran a su nuevo hogar en los Estados Unidos. Fundaron el Centro Casita María para las Artes y la Educación en 1934 y, aunque el objetivo sigue siendo el mismo, la organización ha crecido y se ha movido gracias a los esfuerzos de la comunidad, a la ciudad de Nueva York y a un grupo de personas comprometidas con la causa. En 1961 se trasladó del East Harlem hasta el Bronx, y ahora, con unas instalaciones de última generación y una gran cantidad de aulas y recursos, cientos de niños en Nueva York se beneficiarán de la generosidad de Casita María.
Jackie Weld, presidenta de la Junta de Directores de Casita María, se dirige al público durante la gala anual de la organización.
La meta de esta organización es que sean las familias enteras las que se beneficien de los programas educativos y extracurriculares dirigidos a sus hijos para que puedan prosperar en diferentes ambientes. Bajo el mandato de Jacqueline Weld Drake como Presidenta de la Junta, Casita María ha organizado numerosos eventos de recaudación de fondos con la participación de los niños, como la colaboración con la empresa de Roberto Cavalli para hacer una edición especial de sus bolsos o Casita María Fiesta, la famosa gala anual de etiqueta (black tie). Weld Drake se unió a Casita María a instancias de su querido amigo Alfredo Ortíz Murias, que fue presidente de la organización hasta su prematura muerte en 1989. «Lo hago por él y para los niños que merecen un futuro mejor», explica.
1. Fiesta Danza en Paseo, South Bronx
2. Clases de piano en Casita María.
3. Taller de diseño en Casita María.
Los programas y servicios proporcionados por Casita María están diseñados específicamente para preparar a los jóvenes y a sus familias a través de oportunidades sociales, culturales y educativas, en un ambiente lleno de pasión, inspiración y entusiasmo por el aprendizaje. Por ejemplo, las pasantías de verano proporcionan empleo remunerado a los estudiantes de secundaria y preparatoria, y los ayudan a desarrollar su liderazgo y sus habilidades para formar equipos. Las actividades extraescolares, ofrecen apoyo a estudiantes que quieren seguir una educación superior. Hay talleres de asistencia para moverse en el complejo proceso de selección de las universidades y preparar exámenes, e incluso se dan ayudas financieras. También para los aspirantes a la universidad, el Casita María’s High School Portfolio Development Workshop, ayuda a los estudiantes-artistas a preparar y presentar sus portfolios y recibir retroalimentación de los profesores y compañeros. Hay una larga lista de otros programas, talleres e iniciativas que complementan el apoyo social y cultural que los niños reciben en esta institución. Gracias al Centro para las Artes y la Educación Casita María, las familias económicamente desfavorecidas son capaces de ofrecer a sus hijos oportunidades muy necesarias durante toda la secundaria.
Los alumnos aprenden sobre salud y bienestar después de su horario escolar.
La organización ha tenido un notable papel de liderazgo en la reactivación de la cultura y el sentido de comunidad en el sur del Bronx. Con su afán de ayudar y su filantropía, se trasladó allí con el fin de aumentar su presencia en la vida de los hispanos y de otras comunidades. Las nuevas instalaciones, con espacios para espectáculos y exposiciones, lo convierten en un centro incomparable en la comunidad. Además, sus programas se han ampliado para incluir los servicios para ayudar a los que no tienen hogar o a los que necesitan rehabilitación de las drogas; prevención de la violencia, intervención de pandillas, prevención de embarazos en adolescentes, y muchos otros. Hoy en día, es un lugar para que los jóvenes puedan mostrar sus talentos creativos, crecer y desarrollarse como personas exitosas. Tito Puente, Rita Moreno y Tina Ramírez atribuyen gran parte de su éxito a esta organización que les ayudó a superar sus problemas cuando eran jóvenes. A través de sus programas, Casita María ha sido capaz de coger a los niños de la mano y llevarlos por el buen camino. Como afirma la organización: «Desde el primer grado a la universidad, los niños crecen con nosotros». Definitivamente, esta maravillosa iniciativa ha logrado su meta de fomentar el interés de los niños por las artes y darles fuerza para perseguir sus sueños ■