Tras visitar una Camboya devastada por la guerra en el 2000, la actriz Angelina Jolie asumió un papel que cambiaría su vida al convertirse en una ardiente defensora de los refugiados y las personas desplazadas. A su regreso del país asiático, a donde había ido para el rodaje de la película Tomb Raider, Jolie se puso en contacto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), una agencia cuyo fin principal es salvaguardar los derechos y el bienestar de los refugiados. Así comenzó una relación que ha convertido a Jolie en una activista internacional para la protección de los refugiados.
Tan pronto como Jolie fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad del ACNUR en el 2001, comenzó a visitar los campos de refugiados de todo el mundo. En el 2002, el impacto de Camboya le traería a Jolie un nuevo papel que desempeñar. Ese año la actriz se convirtió por primera vez en madre al adoptar a Maddox, un niño de un orfanato en Phnom Penh. Luego, en el 2003, en la provincia de Battambang, Jolie compró una casa tradicional con más de 60.000 hectáreas de terreno y convirtió la zona en una reserva natural a la que dio el nombre de su hijo: Proyecto Maddox Jolie.
Este proyecto, que más tarde se conocería como Proyecto Maddox Jolie-Pitt, se expandió para incluir múltiples propósitos como la agricultura, la educación, la sanidad, las infraestructuras, la planificación rural profesional y los programas de microcrédito. En agradecimiento a sus esfuerzos de conservación, el rey Norodom Sihamoni concedió a Jolie la ciudadanía camboyana.
En el 2005, Jolie y el actor Brad Pitt, con quien estuvo casada durante varios años, adoptaron una niña de Etiopía, Zahara. Impactados por la difícil situación del país de nacimiento de la niña, Jolie y Pitt decidieron crear el Centro de Zahara, que se ocupa de velar por las necesidades de los niños infectados por el VIH y la tuberculosis.
Después de más de diez años de un impresionante trabajo con ACNUR, el comisionado Antonio Guterres nombró en el 2012 a Jolie Enviada Especial. Desde sus respectivas posiciones, ambos unen sus esfuerzos para hallar soluciones para los desplazamientos masivos de la población. Además de las misiones sobre el terreno y la representación en el plano diplomático, Jolie ha donado millones de dólares a ACNUR, fondos que se han utilizado para construir escuelas y dar vida a otras iniciativas para mejorar la vida de los desplazados.
Ella ha sido una firme partidaria de aumentar la ayuda humanitaria y el apoyo al desarrollo en Siria y los países vecinos.
La devoción de Jolie por las causas humanitarias ha sido mundialmente reconocida. En el 2003, fue la primera persona galardonada con el Premio Ciudadano del Mundo que otorga la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas. En el 2005, recibió el Premio Humanitario Mundial por su trabajo con los refugiados otorgado por la Asociación pro Naciones Unidas de los Estados Unidos y el Consejo Empresarial para las Naciones Unidas. En el 2013, la Junta de Gobernadores de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas entrego a Jolie el Premio Humanitario Jean Hersholt del 2013 por sus esfuerzos filantrópicos como defensora apasionada de los derechos humanos.
Angelina Jolie es una mujer inspiradora. Es valiente y sensible. Es la matriarca de una prole multicultural que incluye a Maddox, Zahara, Shiloh, Pax, Knox y Vivienne. No tiene miedo de ver el mundo como lo que realmente es, ni teme seguir luchando por aquéllos que lo necesitan.
Sus propias palabras la definen. En el Día Mundial de los Refugiados del 2009, en un emotivo discurso, Jolie habló de su inspiración: “Los refugiados que he conocido y con los que he pasado tiempo han cambiado profundamente mi vida. Una niña de 8 años de edad que salvó la vida de su hermano, me enseñó lo que es ser valiente. La mujer embarazada en Pakistán me enseñó lo que es ser madre. Y el joven paralítico que había recibido un disparo en la espalda me demostró, con su enorme sonrisa, lo que es la fuerza de un espíritu inquebrantable”. ■
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