Mientras el Vasa se deslizaba por las aguas del mar Báltico hacia la bocana del puerto, una gran ráfaga de viento lo golpeó por estribor y el agua comenzó a entrar por las cañoneras. Los marineros, alarmados, comenzaron a achicar el agua, pero en pocos minutos el Vasa se hundió llevándose consigo a más de 30 almas de los cerca de 200 tripulantes de a bordo.
La historia del Vasa fue olvidada durante siglos, probablemente porque se convirtió en una ignominia nacional para Suecia, hasta que Anders Franzén, un investigador naval fascinado por la historia del barco desde muy pequeño, descubrió en 1956 su ubicación exacta.
Con la ayuda de la Marina Real Sueca, Franzén comenzó unos trabajos de reflotación que tardaron más de cinco años en dar sus frutos.
El 24 de abril de 1961, 333 años después de la catástrofe, el Vasa fue reflotado. Según se dice, los presentes se quedaron maravillados y anonadados frente a lo que tenían ante sus ojos, ya que el navío se encontraba sucio y lleno de algas pero en un estado increíble de conservación. Esto es gracias a que en el mar Báltico no vive el teredo navalis, un molusco xilófago de aguas saladas que habitualmente se alimenta de restos de madera.
Durante los años siguientes el barco fue restaurado en unas delicadas operaciones, hasta que finalmente en 1990 abrió sus puertas el Museo Vasa en la isla de Djugarden, Estocolmo. Desde entonces, ha recibido millones de visitantes y se ha convertido en uno de los museos más importantes del norte de Europa.
En él, los visitantes podrán observar de cerca, mediante rampas colocadas estratégicamente, el navío de guerra más famoso del siglo XVII con todos sus aparejos reconstruidos. Además, en cinco de sus plantas hay exposiciones que relatan la historia del buque, los combates navales, las condiciones de vida de a bordo; se muestran documentos de la época, utensilios encontrados en su interior y todo tipo de detalles, y se exhibe una película explicativa a cada hora.
En la planta baja, el público puede moverse con ayuda de computadoras interactivas y hay visitas programadas con guías especializados varias veces al día.
El Vasa es un museo impresionante ya que pocas veces se tiene la oportunidad de estar tan cerca de la historia viendo desde adentro cómo era un gran barco de guerra europeo de hace más de 300 años. ■