El Museo Berggruen de Berlín abre después de dos años de estar cerrado al público, con un centenar de obras de Picasso y estrenando una considerable remodelación de sus instalaciones, diseñadas para mostrar su colección de clásicos modernos. Con esta ampliación, el museo ha logrado disponer del doble del espacio que tuvo, alcanzando los 1.200 metros cuadrados. El presupuesto de esta obra ha sido de 7.6 millones de euros (9.8 millones de dólares).
Situado frente al Palacio de Charlottenburgo, el Museo acoge la valiosa colección acumulada por Heinz Berggruen. Esta encierra lo que se puede describir como una historia de amor y “retorno” que engrandece la historia del Arte y del coleccionismo. Heins Berggruen (1914-2007) nació en Berlín, y con la llegada de Hitler al poder, se exilió en Estados Unidos, como muchos alemanes. Regresó a Europa en 1994 y, tres años después, abrió una galería en París e inició la Colección Heins Berggruen. En vida, y contando con la colaboración de sus herederos, legó su colección a su Berlín natal.
Museo Berggruen.
En la reapertura del museo el pasado 15 de marzo, participaron representantes de las autoridades políticas y de la cultura del país, que hicieron énfasis en la deuda y “deber de reconocimiento” que se tiene con Heins Berggruen y su familia, que continúa colaborando con su legado a favor de la cultura de Berlín.
La exposición Picasso y su tiempo contiene más de 100 piezas de Picasso y representa el corazón de la colección del Museo. En ella se muestran las múltiples facetas de la obra del artista español, que van desde los dibujos de su época de estudiante (1897) hasta obras pintadas en 1972 (un año antes de su muerte): periodo azul, periodo rosa, cubismo y clasicismo.
El Museo expone, además, más de 60 obras de Paul Klee, su mundo poético de desde 1917 hasta 1940; más de 20 obras de Matisse, entre ellas alrededor de una docena de sus “papeles recortados”; esculturas de Alberto Giacometti y piezas de arte africano. ■