Ahora puede pasear por el Jardín Botánico de Nueva York, en el Bronx, mientras disfruta de las enormes esculturas del artista español Manolo Valdés, rodeadas de todos los verdes que la pródiga naturaleza regala.
El reconocido Jardín Botánico fue creado en 1891, por los arquitectos de la compañía Lord & Burnham, los diseñadores de los principales invernaderos públicos de Estados Unidos. Detrás de los grandes proyectos siempre hay un mecenas, y en este caso fue el magnate del tabaco Pierre Lorillard. El Jardín se encuentra en una finca de su propiedad. A él se sumaron otros benefactores que reunieron fondos por iniciativa del botánico de la Universidad de Columbia Nathaniel Lord Britton, quien propusiera el proyecto y quien sería su primer director.
MANOLO VALDÉS. Ivy.
En 1967 el Jardín Botánico de Nueva York fue declarado “patrimonio histórico nacional”.
El precioso lugar cuenta con 250 acres, con 50 jardines diferentes con árboles que incluyen robles, hayas americanas, cerezos y abedules: hay más de 30,000 árboles, algunos con más de 200 años de antigüedad.
En el Jardín Botánico de Nueva York se encuentra además el Laboratorio Pfizer de Investigación Vegetal, que estudia el genoma de las plantas. En él trabajan alrededor de 200 investigadores.
Desde su creación, los científicos del Jardín han realizado casi 2,000 misiones en todo el mundo para recolectar plantas silvestres en su medio endémico. Desde hace un tiempo trabajan en la creación de una “reserva” o base de muestras del ADN de las plantas, con millones de ejemplares de ellas (que se conservan congeladas), entre las que se incluyen especies raras, especies en peligro de extinción y especies ya extinguidas.
MANOLO VALDÉS. Quiomar.
Si un día la flora se extinguiera de la faz de la Tierra y usted sobreviviera, trate de llegar a los congeladores del Jardín Botánico de Nueva York para al menos sembrar de nuevo las especies.
Actualmente el Jardín muestra en sus terrenos una imponente colección de siete piezas de Manolo Valdés que sirven para ilustrar la fascinante relación entre naturaleza y arte.
MANOLO VALDÉS. Galatea.
La muestra ha sido creada por el artista para el lugar, ya que responde directamente a las colecciones de plantas célebres del jardín. Los ejemplos incluyen Fiore, una obra de acero y bronce de 17 metros de altura inspirada en árboles de roble y arce; Mariposas, una pieza de aluminio de 50 pies de ancho, y La hiedra, una estructura de aluminio de 15 metros de altura que recuerda las hojas de palma. Se trata de siete cabezas con tocados inspirados en la naturaleza del Jardín lo que incluyen helechos, robles, hojas de arce, plantas movidas por el aire y los habitantes mágicos de todo jardín que se precie: las mariposas.
La colección Manolo Valdés, escultura monumental se expusieron en el Jardín Botánico hasta el 26 de mayo del 2013. Si no llegó a tiempo, a partir de principios de noviembre las maquetas del escultor se exponen en la rotonda de la Biblioteca del Jardín Botánico de Nueva York. ■