Una importante muestra de 92 obras de 26 artistas de esta colección privada sale por primera vez de Inglaterra para llegar a la Ciudad Financiera del Banco Santander. El nombre de la exposición, Out of the House, hace referencia al hecho de que sale de casa de sus patronos, Muriel y Freddy Salem, lugar en el que estaba expuesta en exclusiva para familiares, amigos y personas de su entorno.
“Cuando Paloma Botín O’Shea –hija del presidente del Banco Santander, Emilio Botín– visitó mi casa de Londres hace dos años, no se me pasó por la cabeza que eso nos llevaría a exhibir obras de la Cranford Collection en la Sala de Arte Santander, especialmente después de tres exposiciones de colecciones ilustres”, advirtió la coleccionista y comisaria Muriel Salem. Una ocasión extraordinaria para conocer más de cerca el trabajo de los más reconocidos artistas actuales.
PIERRE HUYGHE. No soy dueño de Blancanieves, 2006.
Out of the House se ha convertido en una perfecta oportunidad para observar lo mejor del arte inglés y alemán desde los años 80 hasta la actualidad, aunque paradójicamente sean dos obras del artista francés Pierre Huyghe las que abren y cierran la exposición. La primera es un canto a la importancia del público en la propiedad del arte. Un gran panel negro que cubre la primera pared del recorrido, en cuyo centro se lee el siguiente mensaje en letras de neón: “I do not own Snow White” o, lo que es lo mismo, “No soy propietario de Blancanieves”. Otra invitación a los amantes del arte que, en este caso, deben preguntarse quién es el verdadero propietario: el autor o el espectador. El contraste se hace evidente desde el inicio con esta pieza de Huyghe y no deja de sorprendernos a medida que avanzamos por este apasionante espacio.
FRANZ WEST. Apartamento, 2001.
Los artistas británicos de Out of the House nacen en torno a los años 60 y su obra se nutre de los pilares de la pintura y escultura clásica, que alteran hasta llegar a lo abstracto para expresar los efectos de su generación y de la geografía del planeta. El ganador del Premio Turner en 1995, Damien Hirst, sorprende con sus grandes dípticos elaborados a partir de mariposas, moscas, resina y barniz doméstico sobre lienzo. Rebecca Warren, que sigue viviendo y trabajando en Londres, es famosa por sus esculturas de barro en las que plasma el cuerpo humano femenino “fetichizado” o invadido de bultos caricaturescos y deformes. El pintor Gary Hume, amigo de Hirst, es conocido por sus cuadros satinados sobre paneles de aluminio y madera. La serie “Doors”, presente a lo largo de la exposición, es la más popular del artista, que se lanzó a pintar más de 50 cuadros de puertas de tamaño real.
DAMIEN HIRST. Algo o nada, 2004.
El dibujante Paul Noble, presente asimismo durante la inauguración, me explicó en persona qué le ha inspirado desde su niñez. “Nací en el norte de Inglaterra y me crié en Dilston, un pueblo costero. Quedaba maravillado todas las mañanas con sus amaneceres. Me fascinaba quedarme observándolos, el primer instinto por el que quise comunicarme con el mundo fue a través de imágenes.” El papel y el grafito se convirtieron desde entonces en sus mejores aliados. De hecho, gracias a la serie Nobson Newton fue nominado al Premio Turner en 2012: El Final de Nob y La cloaca de Nob son dos de sus creaciones que deambulan entre en el mundo de los sueños, el surrealismo, el mito y la doble naturaleza de cada uno de los elementos presentes. Hablábamos de contrastes al inicio y Paul Noble es uno de los que más se aferra a ellos, con ironía e ingenio. Y es que nadie hasta ahora ha sacado tanta vida de un cementerio o de una aparentemente inerte pared de ladrillos.
PAUL NOBLE. Nobsend, 1997-1998.
Los alemanes, por su parte, permiten que viaje del mundo bicolor al colorido y vivas pinceladas de Albert Oehlen y Martin Kippenberger, al ingenio y humor de la posguerra representado por Rosemarie Trockel y a la interacción y movimiento de las esculturas del austríaco Franz West.
La Cranford Collection se funda en 1999 en Londres por la familia Salem y la colaboración del conservador independiente Andrew Renton. Durante más de 12 años el matrimonio se ha dedicado a la compra de pinturas, fotografías, instalaciones, vídeos y dibujos que conforman hoy una parte fundamental del patrimonio artístico europeo. La casa de los Salem, en Inglaterra, se convirtió en 2005 en un centro de exposición doméstico y el deseo de sus patronos ha sido, ocho años después y gracias a la propuesta de la Fundación del Banco Santander, que esta forma de descubrir el Arte Contemporáneo pueda apreciarse de la misma forma en España. Conocer de primera mano y con el orden en que están dispuestos actualmente cada uno de estos tesoros es posible hasta junio de 2013, fecha en que la colección regresará de nuevo a su lugar de origen. ■