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Fundado en memoria de los inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos, el Ellis Island National Museum of Immigration (o Museo Nacional de la Inmigración de Ellis Island), parte del Statue of Liberty National Monument (Monumento Nacional de la Estatua de la Libertad), es uno de los principales centros turísticos de la ciudad de Nueva York. Una visita obligada a cuantos llegan a la mítica “ciudad que nunca duerme”. Sin embargo, el histórico museo ofrece ahora una inusitada experiencia virtual llamada The Dedicated Passenger Search («La búsqueda específica de pasajeros»). Se trata de un servicio que ayuda a quienes lo utilizan a investigar su posible parentesco con los más de 17 millones de inmigrantes que entraron a los Estados Unidos a través del puerto de Nueva York entre los años 1820 y 1957. Es, en realidad, el mismo proceso que se hace cuando alguien visita el Centro de Historia Familiar del museo para buscar a alguno de sus antepasados, sólo que ahora, gracias a este adelanto tecnológico, ese proceso puede realizarse de forma totalmente virtual.
Con una donación de tan sólo US$30, puede iniciarse una búsqueda personalizada en la que los expertos de la fundación indagan dentro de su base de datos de pasajeros, que alberga unos 65 millones de registros de llegadas. Si la investigación resulta exitosa, los donantes obtienen dos copias (una versión digital y una copia impresa en papel de archivo) del registro del barco que muestra la llegada del inmigrante.
Jackie Schalk, manager del sitio y directora del American Family Immigration History Center (Centro de Historia de la Inmigración de la Familia Americana) del museo , dijo: «Se trata de una oportunidad increíble, para ser honesta. Los interesados solo tienen que llenar un formulario con algunas preguntas, como: ¿Cuál es el nombre de tus antepasados? ¿Se cambiaron de nombre cuando llegaron a los EE.UU.? ¿Cuál era el nombre del cónyuge? ¿Qué día era el cumpleaños de tu antepasado? Junto con cualquier otra información relevante para ayudar a encontrar a la persona que están buscando». Después de eso, los expertos buscarán a la persona con la información proporcionada y te enviarán por correo electrónico los resultados que encuentren.
«Todo este proceso se hace por correo electrónico», puntualizó Jackie. «Nuestros expertos están muy familiarizados con el proceso de inmigración y con lo que estaba pasando en el momento en que muchos de estos individuos llegaron a los EE.UU.».
Son muchas las personas que han encontrado ya toda la información que no conocían sobre sus antecesores gracias a este nuevo servicio. «Muchos de ellos vuelven a contactarnos, sorprendidos, al descubrir que su familiar se llamaba de otra manera antes de venir a los EE.UU. A veces, al encontrar nuevos datos, comienzan incluso a recordar cosas, lo que puede ayudar a mejorar nuestra búsqueda».
Eso pasó cuando Jackie trabajó con el famoso diseñador Michael Kors el año pasado, y lo ayudó a darse cuenta de algo clave de su historia familiar, ya que el pasado de su bisabuela no era como él pensaba. «Cuando trabajé con Michael Kors, él me contó que su bisabuela vino sola a este país, a los 9 años de edad, en un barco que llegó a Boston. Sin embargo, después de investigar más, descubrimos que en realidad ella vino a los EE.UU. a los 18 años y entró por Hoboken, Nueva Jersey».
El propósito de este servicio online, que antes de la pandemia se ofrecía en persona en el Centro de Historia Familiar -en el primer piso del museo-, es sacar a la luz el pasado para ayudar a unir a las familias con sus antepasados, haciendo revivir sus historias a través de ellos. Para Jackie, esta misión ha marcado el rumbo de su vida, motivándola a ayudar a otros a descubrir más sobre su pasado -a través de sus ancestros-, y llevándola a una carrera profesional de 13 años con la Statue of Liberty and Ellis Island Foundation (la Fundación Estatua de la Libertad- Ellis Island).
«Mi familia es italiana, así que crecí en un hogar típicamente italiano. En las reuniones familiares que teníamos cada año, sacábamos nuestro gran árbol genealógico y hablábamos de nuestros antepasados y de sus historias», comentó. «Mi familia entró a este país por el puerto de Nueva York. La historia de mi bisabuelo está escrita en el registro de Ellis Island. Me apasiona contar las historias de la gente y temo que si no se habla de ellas, serán olvidadas».
Una forma de combatir esto, dijo, es hacer preguntas a los familiares que aún nos quedan vivos. «Yo le hago preguntas a mi abuela todo el tiempo. Si por ejemplo me regala una de sus joyas, enseguida le pregunto cuándo y dónde se la puso, quién se la dio, y tantas otras cosas más. Me apasiona lo que hago y me encanta ayudar a las familias a descubrir de dónde vienen y de quiénes descienden. Es el mejor trabajo del mundo», afirmó.
Al consultarle a Jackie si este servicio se mantendrá cuando el museo abra después de la pandemia, contestó: «Me encantaría ofrecerlo cuando las cosas vuelvan a la normalidad. Los usuarios han quedado muy satisfechos con el servicio virtual, ha sido algo muy positivo durante un tiempo difícil y estresante», afirma.
Suzanne Mannion, directora de Asuntos Públicos de la Fundación de la Estatua de la Libertad-Ellis Island, Inc., se hizo eco del deseo de Jackie, diciendo: «La Fundación está muy contenta de que el servicio de búsqueda haya sido tan bien recibido. Nuestra intención es continuar con él incluso después de que volvamos a abrir el Centro de Historia de la Inmigración de la Familia Americana, para que nuestros expertos sigan ayudando a la gente a indagar en sus historias familiares». Al igual que Jackie, Suzanne es una apasionada de esta misión, así como de la labor de la Fundación.
Otra de los aspectos que más atrae del museo tanto a usuarios como a visitantes es la exposición permanente “The American Immigrant Wall of Honor,” ( «El Muro de Honor a los Inmigrantes Americanos»), que celebra la historia y los orígenes de todos los estadounidenses. La obra es un muro con nombres de inmigrantes de todas las épocas, incluso de la actual. Los nombres representan todas las etnias, todos los años de llegada, todos los puntos de entrada y todos los medios de transporte o de llegada.
Para que el nombre de una persona o familiar sea puesto en el Muro de Honor, es necesario dar una donación mínima de US$150 a la Fundación. Los donantes también reciben un Certificado de Reconocimiento oficial.
La Fundación ha informado que debido al COVID-19, los donantes recibirán dicho certificado en forma digital. Indicó también que el documento impreso será enviado por correo en cuanto sea seguro hacerlo y se hayan reanudado los envíos regulares. Destacó que la grabación de nuevos nombres en el Muro de Honor se realiza una vez al año, y aquellos cuyas donaciones se hayan hecho antes del 31 de enero de 2021, se añadirán a la pared en el verano de ese año 2020.
Para aquellos interesados en colocar el nombre de sus antepasados en el Muro, Jackie afirmó que «quedan cinco paneles con espacio para inscribir 3.300 nombres, que se suman a los 770 paneles actuales con más de 775.000 nombres grabados». ■
Para más información sobre el museo, su servicio de búsqueda virtual, o la Fundación, consulta los siguientes enlaces: