Como cuando tomamos decisiones en la vida y nos enfrentamos a la incertidumbre de los resultados, de la misma manera, en un museo, los cambios de orientación artística pueden darle un aire de innovación o conducirlos al desprestigio. Y es en este vertiginoso límite donde se encuentra la profundidad estética y su vigencia.
Anunciado en su sitio oficial, el British deja sentado lo que será una renovación completa de la sala mayor “Salisbury”, orientándose hacia el arte pop de los años sesenta y setenta principalmente. Con el título The American Dream, promete incorporar más de 200 obras originales de más de 70 artistas que retratan el cambio a la modernidad y el consumo.
Hartwig Fischer, actual director de la institución, ha dicho que los curadores trabajan rigurosamente “tratando de estar a la altura de la responsabilidad” con el objetivo de incorporar piezas que sinteticen la modernidad y “los temas que plasmen el presente” para que sean traspasados para a las generaciones venideras. Fisher se aleja de los escépticos afirmando, que «es un museo que se remonta lo más posible a la historia, pero siempre ha mirado hacia el futuro».
Hacia la manifestación política y social
El arte pop aporta al museo una reflexión profunda sobre la imagen de la sociedad. Caracterizado por la angustia de las guerras y una relectura de la vida, irrumpe los estériles juicios de las bellas artes para fusionar la fotografía publicitaria con la pintura y la escultura, entre otros. El resultado da lugar a mensajes mucho más efectistas y a la “pop-ularización” de algunos personajes que forman parte de la conciencia colectiva del ciudadano común norteamericano. Andy Warhol (Pittsburgh, 6 de agosto de 1928 – Nueva York, 22 de febrero de 1987) será uno de los grandes exponentes del la institución. El pintor, dibujante, literario, cineasta y escultor alcanzó fama mundial tras la inauguración de su primera exposición en Nueva York el 6 de noviembre de 1962. En ella se dio a conocer el Díptico de Marilyn, una serigrafía expuesta tras la muerte de la actriz el 5 de agosto del mismo año y que es propiedad actual del Tate Modern. Entre las joyas del artista con que contará la exposición del British Museum se destaca Vote McGovern, de 1966, realizada para la campaña presidencial de George McGovern, quien competía con Nixon en la campaña presidencial de 1972, con objeto de retratar un aspecto satírico y controversial de quien luego ganaría las elecciones.
Otro de los artistas protagonistas del museo será Wayne Thiebaud (1920), quien se hiciera famoso por pintar objetos “comunes”, enfatizando el color y el contraste. En sus obras, las sombras se realzan tomando un protagonismo semejante al de la propaganda.
Otros trabajos célebres que encontraremos serán Made in California (1971), de Edward Ruscha; Sky Garden, from Stoned Moon (1969), de Robert Rauschenberg; Standard Station (1969), de Ed Ruscha y No World (2010) de Kara Walker.
¿El arte pop es contemporáneo o moderno?
Si bien muchas veces se utilizan ambos conceptos de forma alternativa, cada uno tiene sus particularidades y merecen conocerlas. El arte moderno no determina el movimiento estético de un periodo histórico particular. Por el contrario, es utilizado para definir aquellas corrientes opuestas al arte académico, sea cual fuere su época. Es innovación, prueba, desafío a la tradición. En cambio, en su acepción más efímera, el arte contemporáneo es el desarrollado desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Es el arte de la edad contemporánea, sin fijación de criterios transgresivos o revolucionarios inherentes. Por tanto, podríamos concluir que, en un sentido u otro, ambos conceptos se ajustan para definir al arte pop.
Inauguración: 9 Marzo 2017, exposición The American Dream sala “Saynsbury”. British Museum, Londres. ■