Según el diccionario de la Real Academia Española, una feria es un “mercado de mayor importancia que el común, en paraje público y días señalados”, y también “una instalación donde se exponen los productos de un sólo ramo industrial o comercial (…) para su promoción y venta”. Pero ¿qué tienen de especial las ferias de arte? ¿acaso es lo mismo comprar, vender o promocionar un producto al uso que una obra de arte? ¿qué le ocurre al coleccionista que accede en pocas horas a centenares de galerías? Viajamos a la Feria ArtRio, que tuvo lugar entre el 5 y 8 de septiembre de 2013, en Río de Janeiro, Brasil, para ver de cerca lo que se cuece en las cocinas de mercado del arte.
ArtRio 2013, una de las mayores ferias de arte contemporáneo internacionales, da cabida en esta edición a colecciones de más de 100 galerías, que exhibirieron sus trabajos en seis almacenes del Muelle Mauá de Río de Janeiro. La oferta de artistas y galerías llegó desde de 13 países: Argentina, Brasil, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Reino Unido, Perú, Portugal, Suiza y Uruguay, y se desarrolló en un espacio de 13,000 metros cuadrados.
Desde su primera edición del 2011, esta feria ha crecido en calidad y cantidad. “Los números alcanzados por ArtRio en sus dos primeras ediciones refuerzan el enorme potencial del mercado brasileño y la demanda de ferias y eventos relacionados con el arte. En el 2011, ArtRio contó con 83 galerías y recibió un público de 46 mil personas. En el 2012, las cifras crecieron a 120 galerías y 74,000 visitantes”, afirma la organización en un comunicado.
La apuesta de este año son las galerías de calidad y el atraer a grandes coleccionistas internacionales fuera del eje Río-São Paulo. “El mercado del arte en Brasil está madurando rápidamente, y creemos que es importante en este momento estimular la formación de nuevos coleccionistas y amantes del arte”, explica la socia de ArtRio Brenda Valansi.
¿Quiénes escogen estas galerías y con qué criterios? En esta edición, dicha selección fue llevada a cabo por un comité integrado por los galeristas Alexandre Gabriel, Anita Schwartz, Cecilia Tanure, Greg Lulay y Matthew Wood. Estos expertos escogieron las galerías por su relevancia en su mercado específico, porque destacan por el trabajo de sus artistas y sus exposiciones o por su impacto en otras ferias de arte.
Como novedad este año, a las habituales secciones PANORAMA y SÓLO, se unieron VISTA y LUPA. Con el programa VISTA, ArtRio hace una propuesta arriesgada y necesaria. Se trata de un espacio dedicado a las galerías jóvenes con curaduría experimental, que ofrecen trabajos de arte contemporáneo emergente con propuestas innovadoras. El programa LUPA, curado por la estadounidense de origen iraní Abaseh Mirvali, muestra obras e instalaciones site-specific (trabajos creados específicamente para la localización concreta donde se va a exhibir) para el anexo del almacén 4 del Muelle Mauá.
Esta feria ha encontrado su propio lugar en el panorama de las artes visuales y se ha consolidado como uno de los más importantes eventos de arte de América Latina. Al principio del artículo tratábamos de desentrañar la diferencia de una feria de arte con ferias de otro tipo. Queda claro que acudir a ArtRio es más que un mero recorrido por un pasillo lleno de galerías con sus obras. ArtRio da cabida a nuevos artistas, añade experimentación e innovación, y ofrece obras específicamente creadas para ese espacio en esos días. Y entonces yo ahora les pregunto, ArtRio, ¿feria de arte o mucho más? ■