Han transcurrido algunas décadas desde que las fotografías de Robert Mapplethorpe (Nueva York 1946, Boston 1989) escandalizaran en los circuitos de arte los recatos del puritanismo estadounidense con sus temas de erotismo queer (gay). Mucho y muy rápido habría de evolucionar aquel conservadurismo antes de asumir plenamente el talento de este ángel terrible apostado tras el lente. Finalmente, ha sido el Los Angeles County Museum Art (LACMA, por sus siglas en inglés), en colaboración con The J. Paul Getty Museum, la institución que se ha encargado de organizar y presentar The Perfect Medium, la tan esperada retrospectiva que merecía el genio de la fotografía.
La exhibición explora el recorrido de las motivaciones del artista a través de la figura humana, la sexualidad y las aristas sensuales del entorno natural. Bocetos, collages, esculturas, imágenes de polaroid, naturalezas muertas, retratos, ensayos sobre el cuerpo humano y toda una secuencia de resultados obtenidos gracias a la experimentación con el color y la yuxtaposición de planos, ofrecen al visitante una aproximación al universo estético y emocional de un talento que a 30 años de su muerte sigue cultivando seguidores y discípulos.
En el pasado ha quedado su aura de enfant terrible para rendirle culto a un legado de personalísimo estilo que, aún en sus zonas más incómodas, revela una sensibilidad difícilmente repetible a la hora de captar un cuerpo o un objeto con el disparo de una cámara. Su lugar en la imagen contemporánea, cuya celebridad se disparó sobre todo por el polémico contenido sexual de sus imágenes, cobra significación no sólo por la introducción de nuevas técnicas y formatos, sino por el exquisito dominio del color, las texturas, las profundidades y la luz, además del replanteamiento conceptual del discurso de la imagen.
En The Perfect Medium, al espectador se le facilita asomarse a los recursos y materiales con que trabajaba el artista, enriquecidos por los aspectos experimentales y espontáneos que formaban parte de su práctica, para lograr las imágenes impecables. Se entera, además, de cómo fluía la relación del fotógrafo con sus modelos y al mismo tiempo puede seguir de manera reflexiva el contraste de los géneros a los que Mapplethorpe acudía -desnudo, retrato, naturaleza muerta– para elevar el documento fotográfico a rango de expresión estética.
La exposición es un proyecto coordinado simultáneamente entre el LACMA y el Getty, ambos en la ciudad de Los Ángeles, mediante el cual se hace público el procesamiento curatorial de un patrimonio adquirido por ambas instituciones a través de un joint-venture en el año 2011. En esa ocasión, las pinacotecas de los dos museos se hicieron de aproximadamente 3.000 copias, 200 objetos, 160 fotos Polaroid y 120.000 negativos de Mappelthorpe, con el apoyo financiero del empresario discográfico David Greffen, co-fundador de la productora de cine Dreamworks y uno de los más importantes coleccionistas de Estados Unidos.
El grueso del legado adquirido lo proporcionó la Robert Mapplethorpe Foundation, fundación que el artista creara un año antes de su prematura muerte por sida para proteger su trabajo y promover la recaudación de fondos para financiar la investigación médica sobre el VIH (virus de inmunodeficiencia humana).
Hoy en día, las obras del controvertido fotógrafo alcanzan elevados precios que se burlan de las intransigencias de censores y mentes ultraconservadoras, mientras que críticos y teóricos sistematizan el conocimiento de un trabajo que incluye retratos de celebridades como Andy Warhol, Deborah Harry, Richard Gere, Peter Gabriel, Grace Jones o Patti Smith; que cuenta con imágenes de lirios y orquídeas capturadas con exquisito lirismo, o que revela la belleza del desnudo humano aún en sus lances perversos.
De eso trata, justamente, The Perfect Medium, la exposición que se extiende hasta el 31 de julio. De los múltiples ángulos que convivían en el arte magistral de Mapplethorpe. De aquellos iluminados, y también de los oscuros. ■