El Museo Picasso de París volverá a abrir sus puertas el 25 de octubre del 2014 tras una renovación de cinco años plagada de numerosos retrasos y controversias. Inaugurado en 1985, en el Hotel Salé, un magnífico palacio del siglo XVII en el emblemático barrio parisino La Marais, el museo alberga la colección más completa de uno de los artistas más influyentes de la historia del arte: Pablo Picasso.
El prolífico pintor acostumbraba a estudiar sus propias obras y mantenía un amplio catálogo de sus creaciones. En el momento de su muerte, ocurrida en 1973, la colección de Picasso incluía 70.000 piezas que el artista guardaba celosamente en una bóveda en París. Luego, en 1979, sus herederos hicieron una gran donación de lo mejor de sus obras al Estado francés como parte de un convenio tributario que los eximía de pagar impuestos. Más de 5.000 piezas y 200.000 documentos de archivo se convirtieron entonces en el núcleo de la colección permanente del Museo Picasso de París.
El museo es una cita ineludible para los curadores y estudiosos del arte del gran genio español. Casi se puede sentir la presencia del artista mientras se camina por sus impresionantes salas. Las pasiones, virtudes y defectos de Picasso también forman parte del legado del artista, cuya vida fue tan tumultuosa, como visceral y brillante fue su obra. Lea aquí más sobre arte y cultura.
El nuevo director, Laurent Le Bon en el Museo Picasso.
Renombrada experta en el arte de Picasso, Anne Baldassari ha trabajado con el museo desde 1992. Es responsable de exposiciones de gran éxito como Matisse Picasso (2002) y Picasso and the Masters (2009). Sin embargo, su gestión como presidenta del museo no ha estado exenta de polémica, debido a que es conocida como una persona con la cual es difícil trabajar. Según el historiador de arte y biógrafo de Picasso, el británico John Richardson, “era detestada por los estudiosos de Picasso. No ayudaba en absoluto. Era un verdadero obstáculo. No permitía ver lo que había en la biblioteca y rehusaba prestar obras a otros museos”.
Baldassari fue despedida a principios del 2014 por Aurélie Filippetti, ministra de Cultura y Comunicación de Francia, en parte, debido a su mala administración de las restauraciones del museo, cuyo plazo de ejecución y costes se duplicaron durante los cinco años que la institución permaneció cerrada. El presupuesto de la construcción aumentó de 50 a 75 millones de dólares. No obstante, Baldassari inspira respeto y es reconocida por el compromiso sin precedentes que ha demostrado en la investigación académica de la obra de Pablo Picasso. De hecho, el recién nombrado director del Museo Picasso, Laurent Le Bon, ha pedido a Baldassari encargarse de la curaduría de la exposición inaugural.
Las salas del museo se han ampliado y actualizado. Sus nuevos ventanales permiten que entre más luz en las galerías y la magnífica escalera con sus clásicas cariátides luce más espectacular después de las renovaciones. Pero la atracción principal no es el modernísimo ambiente palaciego del museo. En realidad, piezas como El beso (1925), Desnudo en sillón rojo (1929) y Cabeza de toro (1942), y la mayor parte del trabajo surrealista de Picasso, son los que adquieren una nueva vida que el público puede ver y disfrutar una vez más en toda su gloria.
No es posible llegar a comprender el pensamiento de Picasso. Se necesita toda una vida para entender su genio. Controvertido, misógino y comunista, el incomparable y apasionado Pablo Picasso fue uno de los más complejos artistas del siglo XX. Pináculo de la modernidad, sus obras sublimes, brutalmente desafiantes y con fuerte carga sexual finalmente tienen un hogar en París, la ciudad donde el artista vivió y trabajó. ■