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El museo Harley-Davidson es una joya arquitectónica que recorre los más de 100 años de historia de la marca, una compañía emblemática que representa a la cultura estadounidense. Ser dueño de una Harley es mucho más que tener una motocicleta. Conducir cualquiera de sus modelos representa un estilo de vida del cual sus fanáticos se sienten orgullosos.
Basado en este sentido de comunidad, el museo Harley-Davidson, ubicado en la ciudad de Milwaukee, expone más de 450 motocicletas y miles de objetos históricos, que documentan la evolución y el crecimiento de uno del fabricante de motos más importantes del mundo.
Construidos a orillas del río Monomonee, los edificios que lo componen fueron diseñados por el prestigioso estudio de arquitectos Pentagram. El equipo dirigido por James Bieber desarrolló un sobrecogedor complejo de estilo industrial, que demandó una inversión de $75 millones: una imponente construcción que incluye salones de exposición, salas de eventos, restaurantes, locales comerciales y amplios espacios al aire libre.
Uno de los puntos más fotografiados del complejo es la réplica del humilde cobertizo donde se inició la compañía en 1903, un taller de madera de 10 por 15 pies donde William S. Harley y Arthur Davidson construyeron a mano su primera motocicleta. Estamos hablando de la Harley-Davidson Serial Number One, una bicicleta motorizada diseñada por el propio William S. Harley. A ellos se sumarían William y Walter Davidson, para fundar la pequeña pero pujante Harley-Davidson Motor Company, nombre que rubricaron a mano en la precaria puerta del taller original.
Protegida por un cubículo de vidrio, la primera motocicleta de la marca es el punto de partida del recorrido fascinante que describe la evolución de la industria y los últimos 100 años de Estados Unidos.
Otra de las exposiciones favoritas de los visitantes, sobre todo los más pequeños, es la sala denominada Experience Room, un amplio espacio repleto de motocicletas rodeado de pantallas gigantes que simulan la experiencia de conducir una Harley. Ejemplares de competición, motos militares, la clásica Fat Boy y hasta un antiguo scooter son solo algunas de las opciones disponibles.
Para los expertos, las salas de Tanques de Gasolina personalizados y la Sala de Motores resultan simplemente fascinantes. Recordemos que hacia 1909 Harley-Davidson presentó el mítico motor de dos cilindros en V, todo un símbolo mecánico que sigue representando a la marca hasta estos días.
Las exhibiciones de temporada y los eventos al aire libre son parte fundamental de las actividades del museo Harley-Davidson. Por ejemplo, cada jueves, el complejo celebra la Noche de las motos o Bike Night. Motociclistas y curiosos se congregan en los parques del museo para disfrutar de música en vivo, actividades especiales y buena comida.
La tradición y la comunidad de trabajadores y usuarios son fundamentales para el legendario fabricante de motocicletas. De hecho, hasta la fecha, la marca sigue siendo dirigida por descendientes directos de los cuatro jóvenes que la fundaron hace más de 115 años. Este sentimiento de comunidad y pertenencia se refleja a cada paso en este espléndido museo Harley-Davison. ■
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