Hoy en día, junto al acelerado crecimiento vertical de la urbe, en el cual se puede apreciar el aporte de reconocidos architectural superstars, se ha ido urdiendo una red de significativas instituciones culturales como el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts, considerado el tercer centro de artes escénicas de Estados Unidos, el espléndidamente diseñado Pérez Art Museum Miami, el New World Center de South Beach —concebido por Frank Gehry—, el Centro Cultural Español en su nueva sede o el flamante South Miami-Dade Cultural Arts Center, las cuales han cambiado la faz cultural de la ciudad, no sólo por el alcance social de sus funciones sino, en algunos casos, por sus diseños arquitectónicos.
El más reciente proyecto relacionado con este escenario en crecimiento es la renovación, por el valor de US$12 millones, del Bass Museum of Art, inversión que logrará duplicar el espacio de exhibiciones de la sede, localizada en el 2121 de Park Avenue de Miami Beach y fundada en 1963 para acoger el legado de John y Johanna Bass. Esta icónica edificación art decó fue originalmente una biblioteca y funcionó como uno de los espacios pioneros en exhibiciones de arte en Miami.
Durante décadas, el Bass ha sido una de las grandes atracciones de la ciudad, contando con una colección histórica de más de 3,000 obras, entre las cuales se aprecian piezas de autores de la talla de Boticelli, Jacob Jordaens, Rubens, Gerard Seghers, Ferdinand Bol, Giovanni Barbagelata, Ghirlandaio, Benjamin West, Armand Guillaumin, Hans Markat o Sir Thomas Lawrence. Además de las pinturas, la colección contiene esculturas, obras sobre papel, objetos decorativos y una selección de textiles artesanales donde destacan algunos tapices flamencos del siglo XVI y los del diseñador francés Louis-Marie Baader, confeccionados en el siglo XIX.
En los últimos años, el Bass se ha enfocado en las exhibiciones de arte contemporáneo internacional, mostrando tanto a artistas consagrados como a talentos en pleno desarrollo. De esta manera, el museo ha asumido una interpretación más abarcadora de la expresión estética, incorporando disciplinas de la cultura contemporánea como el diseño, la moda y la arquitectura.
La renovación del museo, que se inició en el 2013 bajo la dirección de los arquitectos Arata Isozaki y David Gauld y se prevé que finalice en el segundo trimestre del 2017, incluye la instalación de cuatro nuevas galerías, un área de recepción, tienda, cafetería y un patio exterior para eventos especiales. Además, el museo estrenará un Centro de Creatividad con propósitos educacionales.
Todo este rediseño ha sido subvencionado gracias a fondos que ascienden a más de US$8 millones, provenientes de la ciudad de Miami y del estado de la Florida.
La sede renovada abrirá sus puertas con muestras unipersonales del artista suizo radicado en Nueva York Ugo Rondinone, la argentina Mika Rottenberg y el camerunés Pascale Marthine-Thayou. Rondinone ocupará el segundo piso con tres espacios separados de exhibición, generadores de una sensación de circularidad y recreación fantasiosa. Rottenberg exhibirá en la galería mayor presentando obras inéditas en Estados Unidos, entre ellas NoNoseKnows, premiada en la última Bienal de Venecia. Y Marthine-Tayou exhibirá en la galería Open Storage un conjunto de sus trabajos titulado Beautiful dialogando con piezas de la colección histórica permanente, junto a la instalación Welcome Wall, concebida específicamente para la apertura.
La muestra de la producción artística de estos tres autores, según Silvia Karman Cubiñá, directora y curadora en jefe del museo, es representativa de la misión del Bass en esta nueva etapa de trabajo, que es conectar con la dinámica cosmopolita y con la diversidad cultural de una comunidad actualizada que ahora demanda del museo un rol social más activo. ■