Sheikha Al Mayassa se le reconoce como la mujer más poderosa e influyente del mundo del arte en su nativa Catar, una pequeña nación árabe con un fuerte arraigo cultural. Como directora de la oficina estatal denominada Autoridad de Museos, Al Mayassa ha sido nombrada por la revista Time y la publicación Forbes como una de las 100 mujeres más poderosas del mundo.
El emir la ha nombrado Directora de la Autoridad de Museos de Catar para que bajo su mando queden el Museo de Arte Islámico y el Museo de Arte Moderno, entre otros. La habilita para esta responsabilidad su licenciatura en Ciencias Políticas y Literatura de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, Estados Unidos) y haber realizado varios cursos en la Universidad de Columbia, Nueva York. El objetivo de su encomienda es, según sus propias palabras: “Crear un diálogo entre culturas y mostrar que el Islam y la modernidad no son incompatibles”.
Algunas de las compras que se le atribuyen a la princesa incluyen la obra When Will You Marry? de Paul Gauguin en 2015 por US$ 300.000.000, El jugador de cartas de Cezanne en 2012 por US$ 250.000.000, White Center (Yellow, Pink and Lavender on Rose) de Mark Rothko en 2007 por US$ 70.000.000 y múltiples obras de Jeff Koons, Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Francis Bacon, entre otros.
Durante los últimos cincuenta años, la familia real de Catar ha comprado las obras más valoradas del mercado del arte.
En el año 2008 se inauguró el Museo de Arte Islámico, en el que se puede apreciar la magnificencia de sus adquisiciones. El Museo es considerado como uno de los seis mejores museos del mundo.
Por su parte, el Museo de Arte Moderno, contiene más de 6.000 obras. La colección incluye artistas de todos los países árabes que representan las principales tendencias y sitios de producción de la región.
Se desconoce el presupuesto del que dispone la Autoridad de Museos de Catar. Pero de momento, está en manos de una mujer inteligente: Sheikha Al Mayassa. Te recomendamos escuchar su participación en el programa de conferencias TED en el que la princesa se explayó sobre cómo el arte y la cultura crean la identidad de un país y permiten mostrar y compartir sus singularidades con el resto del mundo que los visita. ■
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