Lee Miller fue una prominente fotógrafa estadounidense, nacida en 1907, cuyas obra recorren momentos históricos y artísticos clave del siglo XX, y que están actualmente en exposición en el Museo de Arte Moderno de México hasta el 21 de febrero del 2016.
El primer contacto de Lee con la fotografía profesional fue con un hecho fortuito en el año 1926, cuando el entonces director de la revista Vogue, Condé Nast, al salvarla de ser atropellada por un automóvil en Manhattan, descubrió su impactante belleza clásica que la llevaría convertirse en una supermodelo.
En su corto, pero intenso, período como modelo, Lee fue fotografiada por importantes profesionales, como Edward Steichen y Arnold Genthe, y logró ser portada de Vogue.
Pero su interés real por la fotografía había nacido en su viaje a París a los 17 años, cuando se vio cautivada por la aparición del movimiento surrealista. Así, en 1929 decidió mudarse a la Ciudad Luz para trabajar en el taller de Man Ray, uno de sus artistas preferidos, que en un comienzo la rechazó como aprendiz pero la aceptó como asistente.
En esos años de aprendizaje y exploración, la artista se codeó con figuras de la talla de Pablo Picasso y Jean Cocteau, y perfeccionó su técnica surrealista, re-creando su estilo a partir de la “solarización”, que consiste en agregarle un reborde negro a la figura fotografiada, sello característico de muchas de sus obras.
En 1932, después de una acalorada separación con Man Ray, con quien mantuvo un romance, volvió a Nueva York y se estableció como fotógrafa de moda. Allí trabajó para los principales medios de la época y pudo retratar a grandes estrellas del cine y de la moda.
Esta aventura sólo le duró dos años, ya que en 1934 se casó con el empresario egipcio Aziz Eloui Bey y se mudó a El Cairo, donde continuó con su exploración de la fotografía surrealista con obras célebres como Desde la cima de la Gran Pirámide y Retrato del espacio.
Su matrimonio no duró muchos años y, hacia finales de los años 30 comenzó una relación con el autor y coleccionista Roland Penrose, quien se convirtió más tarde en su marido y padre de su único hijo, Anthony.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, inquieta y apasionada, Miller decidió alistarse como fotoperiodista de guerra en el ejército estadounidense para acercarle al mundo las imágenes de uno de los episodios más trágicos de la historia.
Durante sus años en el frente, capturó imágenes históricas como David E. Scherman en la tina de baño de Hitler, y László Bárdossy, ex Primer Ministro fascista de Hungría frente al pelotón de fusilamiento.
Luego de esta experiencia abrumadora, la artista se recluyó en su casa de Sussex, Inglaterra, y, a pesar del nacimiento de su hijo y de la constante visita de artistas de primer nivel mundial que usaban su residencia como punto de encuentro, nunca pudo superar la depresión postraumática de la guerra.
Finalmente, murió a los 70 años víctima de un cáncer en el cerebro.
El Museo de Arte Moderno de México DF, muestra Lee Miller: Fotógrafa surrealista, una retrospectiva del trabajo de esta artista que se codeó con lo más alto de la moda y del arte del siglo XX y que, a la vez, presenció en carne propia las atrocidades de la guerra, sin dejar de producir en ningún momento obras artísticas que acumularon más de 60.000 negativos originales.
Una muestra brillante que relata la vida inspiradora de una mujer valiente, apasionada y comprometida. ■