A sus 80 años, Georg Baselitz no detiene su producción artística, que a lo largo de los años ha sido objeto de admiración y críticas por un estilo que buscaba cambiar las reglas del juego (con sus retratos al revés, por ejemplo) y causar uno que otro escándalo en el camino. Prueba de su productiva trayectoria fue una muestra que estuvo en exhibición hasta hace poco en el Museo Hirshhorn de Washington, DC. Baselitz: Six Decades fue la primera gran retrospectiva de Baselitz en Estados Unidos en más de 20 años y tenía una colección de más de 100 de sus obras.
Georg Baselitz nació Hans Georg Kern en 1938, en Deutschbaselitz, Sajonia, una pequeña ciudad alemana. Hans creció en un paisaje alemán devastado por la guerra, en la que su padre, miembro del partido nazi, luchó y perdió un ojo.
Baselitz tomó como apellido el nombre de su ciudad natal en 1961, y marcó así una nueva época para sí mismo como artista. Baselitz asistió a la Academia de Bellas Artes y Artes Aplicadas en Berlín Oriental, pero fue expulsado de la escuela tras dos períodos de “inmadurez sociopolítica”.
Posteriormente se trasladó a Berlín Occidental en 1957, donde experimentó brevemente con la abstracción. Sus obras The Naked Man y The Big Night Down the Drain causaron tal escándalo en su primera exposición en Berlín Occidental en 1963 que fueron confiscadas por el estado por indecencia.
Después de eso, Georg Baselitz completó una beca de seis meses en Villa Romana en Florencia, Italia, en 1956, lo que le dio aún más libertad en su expresión artística.
Fue allí donde se enamoró de las pinturas manieristas de Pontormo y Parmigianino, entre muchos otros.
En su camino de regreso a Alemania, Baselitz comenzó su serie Héroes, que incluía pinturas que representan figuras con grandes cuerpos distorsionados vistiendo ropas andrajosas.
Estas figuras, pintadas a menudo en medio de paisajes apocalípticos, representaban la visión de Baselitz de una Alemania desgarrada y rejuvenecida.
En 1966, el artista comenzó a trabajar en una nueva serie de pinturas en un intento de liberarse una vez más de las limitaciones de sus motivos anteriores.
Posteriormente, en 1969, Georg Baselitz comenzaría a crear sus primeras pinturas invertidas que se convertirían en una parte integral de su trabajo. Creó todas estas pinturas a partir de fotografías, muchas de las cuales, pertenecían a su esposa, Elke, su modelo y musa más frecuente.
Sin embargo, en la década de 1980, Baselitz comenzó a experimentar con la escultura. Esto resultó en una nueva gran controversia después de que una de sus esculturas fuera interpretada como un retrato del saludo nazi en la 39.ª Bienal de Venecia.
Unos años más tarde, Georg Baselitz adoptaría una visión más retrospectiva de su propio trabajo, lo que daría como resultado una serie de “remixes”, pinturas que actualizaban o rehacían trabajos suyos de la década de 1960, y que rendían homenaje a los pintores que le habían inspirado, como Otto Dix y Andy Warhol.
Este gran artista todavía está trabajando, así que esperamos ver muchas más encarnaciones de Georg Baselitz que muestren el trabajo de un artista que nunca deja de explorarse a sí mismo y a su arte, aun cuando ya no tiene nada que probar. ■