La influyente galería Saatchi de Londres vuelve a rendirse al lujo. La pasada primavera acogió una exposición dedicada a Hermès, titulada Wanderland, que mostraba elementos de la ecléctica colección que la firma francesa alberga en su boutique de la calle parisina Faubourg Saint-Honoré, como una bicicleta, una maleta, un par de botas y un reloj.
(L) Invitación a la exposición; (R) Gabrielle (Coco) Chanel.
Desde el 13 de octubre Chanel ocupa ese espacio de exposición. No es la primera vez que visita la Saatchi Gallery: en el 2012, Karl Lagerfeld, director creativo de la marca en los últimos 32 años, y la exdirectora de la revista Vogue en Francia, Carine Roitfeld, ocuparon la segunda planta con La Petite Veste Noire, oda a una de las piezas más icónicas de la firma: la chaqueta negra. Y en el 2014, la artista Sam Taylor-Johnson colocó en las paredes de Saatchi fotografías del apartamento privado de Chanel en la Rue Cambon de París.
La nueva exhibición, llamada Mademoiselle Privé, recorre esta vez los orígenes y la historia de la casa gala, desde su fundación a manos de Gabrielle (Coco) Chanel hasta Karl Lagerfeld. Es una historia basada en la audacia, la libertad y la innovación. A lo largo de las tres plantas de la galería se mostrará la alta costura de la firma, las reediciones de la colección de alta joyería Bijoux de Diamants (la única familia de joyas que surgió de la mente de Coco en 1932), y todo lo relacionado con el mítico perfume Nº5.
El único inconveniente de esta muestra gratuita para el público es que solamente permanecerá abierta hasta el próximo 1 de noviembre, por lo que habrá que darse prisa para poder verla.
Sin dudas, la fiebre por exhibirse de las casas de moda y diseño no tiene fin. Mientras Chanel presume en Londres, otras lo hacen en grandes museos, en galerías de renombre o en sus propias tiendas para sacar pecho de su legado.
1. Piezas del taller de Chanel.
2. Piezas del taller de Chanel.
3. La emblemática Chanel Number 5.
La joyera Chaumet, una casa con 235 años de historia que hoy pertenece al grupo francés LVMH, acaba de abrir un museo, aunque con fecha de caducidad, en el establecimiento que la marca dispone en la Place Vendôme de París en un edificio del siglo XVIII. Permanecerá abierto hasta enero.
Por su parte, la firma relojera Breguet, del grupo suizo Swatch, ha hecho lo propio en los Fine Arts Museums of San Francisco, California, en el entorno del California Palace of the Legion of Honor. Son tantos sus hitos en la historia de la relojería, tantas innovaciones que han marcado el devenir de la industria de relojes mecánicos, que no podía menos que instalarse en un gran espacio museístico. ■