Nacida en Connecticut, Estados Unidos, en 1949, de niña viajó por todo el mundo por ser hija de un militar. De su interés por guardar recuerdos de sus viajes surgió su inclinación hacia la fotografía.
Podría haber sido una fotógrafa de viajes sin más, pero con 19 años, terminando sus estudios en el Instituto de Arte de San Francisco, fue contratada por la revista Rolling Stone, hecho que marcó el sendero de su vida profesional. Durante más de una década trabajó para esa revista, para la que retrató a los roqueros del momento y de la que llegó a ser jefa de fotografía.
Sus fotos han sido portadas de las revistas Life, Esquire, Vogue, Paris Match, Elle, El País Semanal y muchas más. Entre sus imágenes destacan las de John Lennon, Bob Dylan, Barbra Streisand, Meryl Streep, Mick Jagger, Bruce Springsteen, la Reina de Inglaterra, Richard Nixon, Nelson Mandela, Brad Pitt, Johnny Deep con Kate Moos, Quentin Tarantino, Milkhail Baryshnikov, Holly Hunter, Keith Richards, Patti Smith, Michael Jackson, David Beckham, Angelina Jolie, Anne Hathaway, Lady Gaga, Scarlett Johansson y Rihanna.
Leibovitz no es sólo “la fotógrafa de las estrellas” por haber fotografiado a los grandes mitos de la cultura, el deporte y la política del siglo XX ni porque sus fotos se hayan publicado en las más prestigiosas revistas de arte, política y sociedad, sino también por haber tomado las últimas imágenes que se conservan de algunas de las personalidades que acapararon la atención de la prensa de aquel momento: la última foto de John Lennon, la última de Nixon.
Leibovitz es probablemente la fotógrafa que ha tomado los mejores retratos de los famosos. Sin embargo, nunca buscó la “cara bonita” de su personaje ni se cohibió de captar imágenes que pudieran levantar polémica. Tal es el caso de la foto publicada en 1969 en la revista Rolling Stone del escritor Allen Ginsberg fumando marihuana. Esto le ganó el título de la fotógrafa “rebelde”, pero continuó captando la efervescencia de los años 70 y 80 en Estados Unidos.
La otra fuente que ha nutrido la polémica que han despertado sus fotografías es la del desnudo. En 1991, Vanity Fair publicó en una de sus portadas una foto de Demi Moore desnuda y embarazada (se dice que los distribuidores de revistas en Nueva York taparon parcialmente la portada), algo que repitió en 1992 con la misma actriz. Otro de sus desnudos emblemáticos fue el de Sylvester Stallone en 1993, en la pose de El pensador de Rodin.
Leibovitz ha captado el drama humano en dos series especiales. La primera de ellas son retratos de las víctimas de Sarajevo en 1993, serie en la que buscaba “calma espiritual”. La segunda, tuvo como objetivo a su compañera sentimental, la escritora Susan Sontag, durante los peores momentos del cáncer que causó su muerte en 2004, imágenes que, según confesó más tarde, la ayudaron a esperar la muerte.
El libro La vida de una fotógrafa, 1990-2005 (Lunwerg Editores), que contiene una estupenda selección de sus imágenes, es en realidad el catálogo de una exposición suya que tuvo lugar en Madrid en el 2009. Durante la presentación, Leibovitz dijo que, de todas sus obras, su fotografía preferida era la que había hecho a su madre en 1997 para el libro Woman. Y precisó: “Es una imagen que pone muy alto el listón. Me gustaría hacer fotografías como esta todos los días, pero es muy difícil, es como capturar el alma”.
Annie Leibovitz es una mujer apasionada, rebelde y comprometida que, a pesar de haber recibido diversos premios por su labor periodística, como el Principe de Asturias, no se define como periodista. De hecho, en el libro mencionado más arriba afirma: “No soy periodista. Un periodista no toma partido, y a mí no me interesa adoptar esta actitud en la vida. Como fotógrafa, poseo una voz mucho más convincente cuando deseo expresar mi punto de vista”. ■
FOTO: © Cortesía de la Fundación Príncipe de Asturias.