Escultura erótica del parque Jeju Loveland en Corea del Sur
La controvertida piedra del deseo
El testimonio más antiguo es el llamado Falo de Hohle Fels (28.000 a.C.), objeto de piedra hallado durante una excavación arqueológica en Alemania. Fue reconstruido en base a 14 fragmentos que constituyeron un objeto de apariencia fálica de 20 centímetros de alto por 3 de diámetro. Es identificado como el complemento sexual más antiguo y, también, como una herramienta lítica destinada a labores bien diferentes. El Olisbo de Dolní Věstonice (27.000 a.C.), en la República Checa, también es objeto de controversia. Se lo interpreta de manera alternativa como un sorprendente elemento sexual o una estilizada representación femenina. La siguiente referencia arqueológica es más tardía (13.000 a.C.), y corresponde a un supuesto doble falo hallado en la cueva Gorges D’enfer, en Francia. Mide 9,5 centímetros de ancho y 11,5 de alto con forma de L.
Escultura erótica del parque Jeju Loveland en Corea del Sur
Las desventuras de Lisístrata
En la Antigua Grecia, Aristófanes, en su célebre comedia Lisístrata, pone en labios de la protagonista: “Y ni siquiera de los amantes ha quedado ni una chispa, pues desde que los milesios nos traicionaron, no he visto ni un solo olisbo de cuero de ocho dedos de largo que nos sirviera de alivio”. Lisístrata se refería a las íntimas desventuras de las mujeres atenienses ante la lejanía de sus esposos que marcharon a la guerra. El término olisbo era la denominación de los complementos sexuales de apariencia fálica. Podían ser de cuero o de madera e incluían formas testiculares. Se conoce que, previamente a su utilización, eran impregnados en finos aceites a modo de lubricante.
Phallus double echelle echelle de Gorges d’Enfer
El sorprendente tratamiento Granville
El surgimiento de los vibradores fue mucho más reciente. En 1880, el médico británico Joseph Mortimer Granville creó un dispositivo mecánico para tratar la “histeria”, supuesta enfermedad femenina caracterizada por una exacerbada irritabilidad, entre otros molestos síntomas. El tratamiento de preferencia era un masaje pélvico con estimulación genital hasta lograr que la paciente alcanzara el paroxismo histérico, estado que investigadores posteriores identificaron como el orgasmo femenino. Granville ideó un ingenio mecánico que facilitaba ese tratamiento y fue conocido en la época como “martillo de Granville”.
El tercer integrante
La licenciada Sandra Lutsgarten, sexóloga miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, afirma que, a pesar de los avances en sexualidad y libertades individuales, aún persisten dificultades para la aceptación de los complementos o juguetes sexuales como un elemento más en la relación de pareja. Además, sostiene que, ante determinadas disfunciones sexuales, los complementos pueden coadyuvar en el tratamiento integral a fin de obtener una resolución positiva.
Sandra Lutsgarten, sexóloga y abogado
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