La historia del maquillaje tiene como punto de partida algunas pinturas rupestres, donde se puede ver a mujeres del paleolítico (Edad de Piedra) con partes de su cuerpo coloreado con tonos marrón rojizo. Las pinturas sobre el cuerpo sirvieron, desde siempre, para expresar distintos estados de ánimo, disponibilidad sexual o situaciones sociales como conflictos entre grupos. Es así que, más allá de la función aparente de realzar la belleza, el maquillaje siempre representó un instrumento de comunicación de mujeres y hombres con su entorno social. Descubre junto a nosotros la historia, los orígenes y los distintos usos del maquillaje a lo largo de los siglos.
Orígenes
El maquillaje tuvo un gran impulso inicial en las antiguas culturas mesopotámicas, cuando los sumerios, los asirios y los babilónicos desarrollaron la cosmética y utilizaron el maquillaje para acentuar detalles expresivos del rostro.
En el Antiguo Egipto se desarrolló el concepto de belleza social, que requería lucir una piel bronceada con ojos grandes delineados con líneas gruesas y oscuras y labios en tonos terracota. Para ello utilizaban tierras, cenizas, óxido de hierro y tintas que aplicaban con un pequeño cepillo.
En cambio, en la Antigua Grecia las mujeres privilegiaron la belleza natural y sólo agregaron finos detalles para acentuar cejas y ojos con tonos oscuros.
Por su parte, el canon romano de belleza femenina era el de una piel muy blanca y mejillas levemente sonrojadas, incorporando sombras en los ojos y perfilando en tonos oscuros ojos y cejas.
Maquillaje recargado
En la primera parte de la Edad Media el maquillaje era considerado algo indigno, pero retomó su esplendor con el Renacimiento. Primero, se adoptó un muy fino delineado negro de ojos y cejas, y pómulos granate sobre una piel muy blanca. Más tarde, el surgimiento de la moda y sus extravagancias llevó a recargar el rostro con mejillas en rojos estridentes, ojos y cejas delineados en negro, párpados azules o verdes y labios en rojo oscuro, agregándole un delineado en forma de corazón sobre el rostro empolvado de blanco. Un detalle muy preciado era incorporar un grueso lunar cercano a la boca.
En India, por su parte, el maquillaje preferido de las mujeres era bastante simple, ojos remarcados en negro y labios levemente rojizos.
Las culturas asiáticas aportaron el concepto de maquillaje recargado y rígido. En Japón, se destaca el maquillaje de las geishas, muy blanco cubriendo todo el rostro y parte superior del torso con el detalle de no alcanzar la línea del cabello a modo de máscara; los ojos y cejas bien remarcados en negro y labios rojos en forma de corazón. En China el maquillaje era muy similar al japonés, con rostros pálidos o blancos, contorno de ojos potenciados con tinta china, cejas oscuras muy marcadas y ascendentes y labios rojos.
Bien industrial
En el siglo XIX se privilegió la tez pálida, mejillas rosa pálido y labios carmesí. En la primera parte del siglo XX se dio el gran desarrollo de la industria cosmética y el surgimiento de las marcas más conocidas. En general, el maquillaje de base era muy claro y en polvo, marcando todo el perfil del ojo en negro. Los párpados difuminados en tonos negros, rojos y violetas, las mejillas con colorete rosado, las cejas marcadas en oscuro, y las pestañas delineadas con abundancia.
Como habrán visto, decorar los rostros con distintos colores y tintes para resaltar los rasgos más apreciado de cada época es una costumbre milenaria, la cual se ha complejizado y enriquecido notablemente con los años.
¿Con qué periodo de la historia del maquillaje te sientes más identificada? ■
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