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¿Qué es más importante para ser felices, conocer el significado del éxito o el éxito con significado? No te voy a torturar con juegos de palabras, pero si lees con atención, verás que no son lo mismo ni se escriben igual. A veces, el orden de los factores sí altera el producto, y cuando nos adentramos en algo tan escurridizo como el éxito, entender la diferencia puede traerte toneladas de satisfacciones.
El significado del éxito es algo muy personal, porque mientras para alguien pueden ser el dinero o la fama, para otra persona pueden ser la paz interior o las buenas relaciones con los demás. La verdad es que éxitos hay muchos y, por lo general, el significado que nos venden los medios de comunicación o la sociedad suele estar ligado al poder y al reconocimiento. Pero no tiene que ser así necesariamente, porque si tú no compras esa definición del éxito (y esto es una señal de sabiduría), entonces puedes establecer su verdadero significado bajo tus propios términos.
Saber lo que significa el éxito para ti es una manera de ser libre, porque te saca de la prisión de vivir bajo las reglas, expectativas y mandatos de los demás.
Por su parte, el éxito con significado es algo así como un segundo nivel de juego: una vez establecido lo que es realmente el éxito para ti, entonces le inyectas un sentido de trascendencia que te supera. Ya no es simplemente el placer de ser exitoso, sino que se trata de poner tus fortalezas y capacidades al servicio de algo más grande.
Martin Seligman, el fundador de la psicología positiva, habla de la felicidad en tres niveles. El primero es la felicidad de una vida placentera, entendida como aquella donde encontramos experiencias positivas y agradables. En segundo nivel está la felicidad que trae una buena vida cuando usamos nuestras fortalezas para obtener gratificación, haciendo las cosas que nos gustan. El nivel más alto llega gracias a una vida con significado, donde activamos nuestras virtudes para cultivar un propósito que va más allá de nosotros mismos. Ya no se trata simplemente de ser felices, sino también, de hacer felices a otros.
Creo que los mismos niveles se pueden aplicar al éxito, porque ¿de qué sirve una vida exitosa que se limita al placer inmediato y al despliegue de poder, fama o fortuna?
Cuando vuelan en tándem, el éxito y la felicidad son resultado de una vida con significado. Y esto no tiene que ver con los números de seguidores en redes sociales o en la cuenta bancaria. Es un asunto de humanidad y conciencia, de la manera como vivimos la vida. Lo que sucede con muchas personas es que estas ideas les parecen demasiado blandas, etéreas o intangibles. Son cosas que suenan bien, pero que a la hora de ponerle a alguien (o ponernos nosotros mismos) la etiqueta de personas exitosas, resulta más atractivo fijarse en lo rutilante, lo codiciado y lo llamativo.
Ese es el éxito según el bling-bling. El de los símbolos deslumbrantes. Pero no olvides que también está el éxito según el bum-bum del corazón, ese que estableces bajo tus propios términos y que te llena desde adentro hacia fuera.
Sea cual sea tu significado del éxito, llévalo a otro nivel. Ve un poco más allá. Conviértelo en un éxito con significado, trascendencia y al servicio de algo más grande. ¿Y eso que puede ser? La respuesta a esta pregunta es quizás la búsqueda más importante que puedas emprender. Éxito en el camino. ■