Una piel que no está firme y tersa es una piel que padece de los síntomas más característicos del envejecimiento. Es cierto que las arrugas son parte innata del envejecer, pero también pueden salir cuando aún se es joven por cosas tan sencillas como la forma de sonreír o los gestos faciales de la persona. Por otro lado, una piel flácida es un claro signo de envejecimiento.
Según pasan los años, la piel comienza a crear menos grasa o aceites, lo que hace que se reseque y pierda firmeza. Todo ello contribuye al estado de ánimo de la persona, que se mira al espejo y ve una piel que ha perdido el brillo y la elasticidad que gozaba cuando el paso de los años aún no se había marcado en el rostro. Y si bien es cierto que hay procedimientos cosméticos que pueden mejorar esta condición, incluyendo el bisturí, hay otras opciones menos drásticas que logran mejorar la piel, como es el uso correcto de cremas y sueros.
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A la hora de adquirir un producto cosmético, es necesario distinguir entre aquellos que atenúan la apariencia de las arrugas y los que estiran y dan firmeza a la piel. Uno de los errores de los consumidores consiste en limitarse exclusivamente a la compra de productos antiarrugas, olvidándose de la importancia de aquellos que dan firmeza a la epidermis. No es lo mismo un producto anti edad que uno antiarrugas. Si se quiere tersar la piel, hay que acudir a productos anti edad (cremas o sueros), porque estos cubren todos los problemas del envejecimiento como manchas en la piel o falta de tonicidad, además de suavizar las arrugas.
La diferencia está en el ingrediente DMAE que contienen los productos anti edad, que no sólo da firmeza a la piel sino a los músculos que se encuentran por debajo.
Otro importante ingrediente es ubiquinone, un súper antioxidante que hace que la piel produzca mayor colágeno (a partir de los 25 años de edad su creación disminuye), elastina y moléculas de la piel.
Como quiera que sea, hay productos que sobresalen en el mercado por su calidad, si bien siempre hay que tener en cuenta que no todas las pieles reaccionan igual a los mismos, por muy caros que sean. ■