Jean Nouvel, el arquitecto premiado con un premio Pulitzer, inauguró esta año una joya arquitectónica en el Golfo Pérsico: el Museo Nacional de Catar. El impresionante edificio, llamado también la ‘rosa del desierto’, esta ubicado en una región que se ha convertido en uno de los destinos turísticos más atractivos del mundo árabe.
Los soberanos de sitios como Dubái, Abu Dabi o Catar han reconocido las ventajas de utilizar sus enormes recursos para integrar la región a Occidente ofreciendo espectaculares instalaciones turísticas y culturales que modernicen sus emiratos. Consecuente con su política modernizadora, el emir Hamad bin Jalifa al Zani, quien abdicó en su hijo Tamim, ordenó, antes de su retiro, la construcción del nuevo edificio para el Museo Nacional de Catar al célebre arquitecto francés Jean Nouvel.
La nueva estructura reemplazaría al viejo museo inaugurado en 1975, el cual ocupaba las instalaciones del antiguo Palacio Real construido a principios del siglo XX por encargo del jeque Abdullah bin Jassim al Zani. El nuevo y suntuoso museo tiene como propósito proteger las tradiciones cataríes, fomentar la expansión cultural y respetar el valiosísimo legado histórico de la nación.
Semejante trabajo fue encomendado al arquitecto francés merecedor del premio Pulitzer de arquitectura en 2008 Jean Nouvel, cuya propuesta no defraudó las expectativas de las autoridades cataríes. El proyecto de Nouvel es una maravilla de la arquitectura que sobresale por su funcionalidad, su significación cultural y su exquisito diseño. Y también interpreta a la perfección el entorno donde está emplazado.
El diseño de la nueva estructura se asemeja a una ‘rosa del desierto’, como lo llaman: la piedra semipreciosa autóctona de la zona que se forma por la cristalización de yeso debajo de las capas superficiales de la arena. Los cristales que conforman esta piedra suelen agruparse en numerosos discos circulares entrelazados que crean dibujos únicos e irrepetibles semejantes a los pétalos de una rosa.
Esa maravilla de la naturaleza es en la que Nouvel se ha inspirado para diseñar la nueva estructura arquitectónica que del museo catarí. Inmensos paneles circulares de hormigón armado con estructura de acero se entrelazan simulando los pétalos de una rosa del desierto. Se mezclan armoniosamente con el resto del paisaje desértico en donde se encuentran emplazados. Este aspecto morfológico no sólo es reproducido en el exterior de la construcción sino también en su interior. Allí el diseño evoca los caravasares que daban refugio a los viajeros en su largo peregrinar por el desierto.
Los gigantescos discos funcionan como paredes, pisos, techos o terrazas, según el caso, que al entrelazarse proveen enormes espacios cerrados para las salas y dependencias del museo. También generan áreas exteriores y amplias terrazas protegidas por los salientes o aleros que resguardan a los visitantes del sol y los áridos calores del desierto. Las enormes estructuras circulares prefabricadas cuentan con un aislante térmico. Este sirve para garantizar las condiciones de preservación y ambientación del interior de la construcción.
La estructura también tiene revestimientos de hormigón de color arena con acabado pulido que simulan los colores naturales del área desértica donde está ubicada la edificación. En sus salones interiores, las paredes son utilizadas como enormes pantallas en las que se proyectan obras audiovisuales en alta definición. Estas facilitan la integración museográfica de las exposiciones de cada recinto.
El museo cuenta con más de 26.000 metros cuadrados (279.861 pies cuadrados) de galería dedicada a su exposición permanente, y 6.500 metros cuadrados (69.965 pies cuadrados) dedicados a las exposiciones itinerantes. Además tiene un auditorio con 220 butacas y un área de recepción, un estudio de televisión, dos cafés, restaurante y una tienda para comprar regalos y recuerdos.
Para asegurar el mejor trabajo museológico posible, la institución cuenta con un centro de estudio de la tradición y herencia nacionales. También tiene un laboratorio de restauración, otro de procesamiento de colecciones y un área de almacenamiento diseñada con la más avanzada tecnología. Y, para rematar, estas espectaculares instalaciones están rodeadas por un parque de más de 110.000 metros cuadrados (1.184.000 pies cuadrados). Allí se reproduce la flora y la fauna autóctona de todo el país.
Este maravilloso museo de Jean Nouvel comenzó a levantarse en 2010 y fue inaugurado a principios de 2019 con pompas y platillos. Un lugar que se ha convertido en visita obligada para todo el que viaje al Golfo Pérsico. ■
Artículos relacionados