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Desde 1756, la compañía austríaca de cristal Riedel ha sido una fuerza líder en el negocio de fabricación de vidrio. Once generaciones han afinado sus habilidades y mano de obra para llevar a nuestra mesa la cristalería más magnífica, la favorita de los enófilos y aficionados del diseño. Los museos y galerías de arte se rifan sus piezas, valoradas como obras de arte y herramientas funcionales. Riedel cambió además nuestra forma de disfrutar del vino en la década de 1950, con la introducción de copas específicas para cada tipo de uva, que mejoran el sabor y el aroma de los mejores vinos del mundo.
La fabricación de vidrio es un trabajo duro y tortuoso. «En realidad, no ha habido mucho cambio en la forma de hacerlo en los últimos 4.000 años», dice Maximilian Riedel (11 ª generación), CEO de la compañía. Maximilian nos comenta: «la clave es contar con personas que están cualificadas y dispuestas a aprender el oficio y soportar las altas temperaturas frente a un horno. Es un trabajo peligroso que requiere habilidades específicas y resistencia.
La arquitectura de una copa tiene tres componentes clave: cuenco, tallo y base. El tamaño, la altura y la anchura también deben estar en perfecta armonía y guardar las proporciones correctas.
Los diseños Riedel siguen la fórmula arquitectónica estricta encabezada por los arquitectos vieneses de la década de 1920, y tienen en cuenta la forma, el tamaño y el diámetro del borde para interpretar y ofrecer el mejor aroma, sabor, equilibrio y acabado de un vino.
El resultado es Stemware, que es funcionalidad combinada con estética. La línea “Riedel Sommeliers”, lanzada en 1973, anunció una nueva era para la marca, que ahora produce decantadores que no sólo parecen piezas de museo, sino que además son considerados herramientas esenciales para degustar el vino.
Entre los productos más bellos y populares de la compañía austríaca, es importante mencionar la serie Ave (Swann, Paloma y Flamingo), su primer proyecto intergeneracional. «Estos decantadores son verdaderas obras de arte, porque no hay molde en el que verter el vidrio caliente.
Mi padre y yo nos inspiramos durante un viaje a Venecia, en la época en la que estaba en un internado en la isla de Murano, el hogar de algunos de los mejores artistas del vidrio en el mundo», dice Maximilian, orgulloso de la colección que representa a los pájaros en vuelo. También es digno de alabanza el decantador O y el Mamba (inspirado en el año de la serpiente), que dieron a la marca dos premios Good Design del Museo Athenaeum de Arquitectura y Diseño de Chicago.
Riedel ha asumido la responsabilidad de educar a los consumidores en el arte de la cata de vinos. Se han asociado con bodegueros y distribuidores de vino de renombre para organizar más de 2.000 seminarios de comparación de copas en los EE.UU. y en selectos cruceros.
Un caso típico consiste en el estudio de las copas realizadas para Riesling, Chardonnay, Pinot Noir y Cabernet. Los invitados degustan el vino en la copa correcta, describen la experiencia y comparan las diferencias cuando se toma en otra distinta.
Maximilian recomienda llenar solo tres cuartas partes de la copa, ya que la cantidad de líquido influye en la manera en la que el vino fluye en el paladar. Por ejemplo, un borde estrecho hace que el flujo del vino se dirija hacia la parte delantera de la lengua, donde el sabor es más dulce y afrutado, mientras que un borde más ancho llevará el líquido hacia la parte posterior de la boca, donde predominan los receptores para el sabor salado y el alcohol.
«Todo tiene que ver con los sentidos: la estética, el tacto, el equilibrio de la copa y la calidad del vino. Todo juega un papel muy importante «, dice el CEO.
Sommelier, Vinum, Overture, O y Corbata Negra son los representantes más emblemáticos del mejor material de vidrio en el mundo, mientras que Boa, Mamba, O, Swann, Amadeo y Escargot son ejemplos de los mejores decantadores que jamás se hayan hecho.
La reputación de la marca, con oficinas en Japón, Australia, Austria, Alemania, China, Canadá y los EE.UU., y las ventas de $ 300 millones anuales, es bien merecida. Después de 11 generaciones de tradición de fabricación de vidrio, Riedel está a punto de dar a la décimo segunda un legado de excelencia, innovación y las mejores copas de vino del mundo ■