Corría el año 1822 cuando el inglés Charles Pickman llega a España para continuar con el negocio familiar de comercialización de productos de cerámica fabricados en Inglaterra que, en esa época, registraban una fuerte demanda, sobre todo en piezas de vajilla y tocador.
Para aprovechar el ambiente de proteccionismo con que se favorecía por entonces al establecimiento de fábricas de loza, Pickman decidió elaborar localmente los productos que vendía y, en 1841, instaló su fábrica en el interior del monasterio cartujo de Santa María de Las Cuevas, que da nombre a la sevillana isla de La Cartuja, hecho que vinculará desde entonces los nombres de Pickman y la Cartuja de Sevilla.
Pickman aportó a la factoría métodos de fabricación modernos y novedosos, y también el trabajo manual de artesanos ingleses con toda su experiencia ceramista. Con el éxito de sus piezas —cuyas formas, decorados y colores característicos consiguieron crear un estilo propio— lograron una expansión impresionante y una creciente demanda, la cual se ha mantenido hasta nuestros días. Hoy la Cartuja de Sevilla constituye un referente mundial en el sector. Lea aquí más sobre decoración y casas.
La calidad en la fabricación y el estilo personal y reconocible de los productos de la Cartuja de Sevilla han avalado a la fábrica como proveedora de las principales casas reales y aristocráticas desde hace más de 100 años. Esas características también le han granjeado el favor del gran público, en un caso excepcional de longevidad empresarial que sigue vivo hoy.
A más de 170 años de su fundación, la Cartuja de Sevilla se encuentra actualmente en un momento de profunda renovación, en el que han decidido apostar por el comercio electrónico y la exportación. Cuentan con más de 100 puntos de venta ubicados por toda España, desde donde llegan sus creaciones al resto de Europa. El reto en el que están inmersos hoy por hoy es en hacerse más visibles en Estados Unidos y Sudamérica, así como en mercados emergentes como el ruso y el asiático.
La renovación de la Cartuja de Sevilla marcha acorde con los tiempos, y en ella prima la calidad y la tradición artesanal de unos productos creados con mimo y dedicación, a los que próximamente se sumarán —antes de que termine el 2014— nuevas y vanguardistas decoraciones.
Hoy, la Cartuja de Sevilla continúa ofreciendo a los consumidores más exigentes piezas ornamentales y conjuntos de mesa que combinan la más alta calidad con la tradición y la historia. Su presencia en la feria de productos del hogar más importante de Francia, Maison et Objets, el próximo 2015 en París, seguro constituirá un hito en su larga lista de éxitos. ■