Greenwich, en Connecticut, es una zona conocida por sus lujosas mansiones. Sin embargo, hasta hoy ninguna de ellas había alcanzado un precio de venta más alto que Copper Beech Farm. En la actualidad, esta propiedad es la más cara en los Estados Unidos. ¿Su precio? Unos módicos $190 millones.
Copper Beech Farm abarca alrededor de 50 acres, se extiende por más de un kilómetro y medio en la exclusiva costa sur de Long Island, e incluye dos islas. Fue construida en 1898 y desde 1904 perteneció a la familia Greenway Lauder, que la vendió en 1982 a su actual dueño, el magnate maderero John Rudey.
A la mansión, de estilo renacentista francés, se llega por un sendero empedrado de 500 metros, que corre entre bosques y jardines exuberantes. El espacio habitable de esta magnífica casa es de 1.300 metros cuadrados y cuenta, entre otras dependencias, con 12 dormitorios, siete cuartos de baño, una biblioteca con paneles de madera, un comedor adornado con techos de tracería y columnas de roble, un solárium, una espléndida bodega y un inmenso ático. Pero si algo distingue a este inmueble de tres pisos es la espectacular vista al mar, que puede contemplarse desde la mayoría de sus habitaciones a través de puertas, ventanas, terrazas y balcones.
En los exteriores de la majestuosa mansión sobresale la casa de vigilancia, construida de estuco en la entrada de la propiedad, y el reloj de la torre de piedra de la cochera. También resalta la piscina climatizada, de 23 metros de largo y 14 paredes, que domina el área de recreación, donde hay además una magnífica cabaña con baños y vestidores, una cancha de tenis, varios invernaderos y terrazas con privilegiadas vistas panorámicas de Long Island Sound.
Sin duda se trata de una propiedad acogedora, perfectamente amueblada y muy bien construida. Pero Copper Beech Farm tiene, además, la ubicación ideal: convenientemente aislada para preservar la privacidad y a sólo 45 minutos de la Gran Manzana. ■