En la actualidad, es una propiedad “co-op”, una tendencia muy habitual en el mercado de bienes raíces neoyorquino donde casi el 75% de sus residencias son propiedad de una corporación y los compradores y residentes son más bien una especie de inversionistas o accionistas del inmueble (mientras más pies cuadrados tengan, más acciones poseen).
El edificio de 19 pisos y espléndida fachada de piedra caliza alberga 31 apartamentos, uno de los cuales fue hasta aquel momento el más costoso en la historia de Nueva York (y es aún hoy día la segunda propiedad co-op más cara que se haya vendido en Nueva York). Propiedad del gobierno de Francia y residencia de Gérard Araud, su embajador en Naciones Unidas en aquel entonces, (hasta que la transacción concluyó oficialmente), este dúplex de 18 habitaciones ocupa los pisos 12 y 13 del emblemático edificio.
Aunque la propiedad fue cotizada en el mercado con un valor estimado de US $48 millones, aparentemente la noticia de su venta desencadenó una guerra de pujas entre tres postores distintos. La mejor oferta fue la del multimillonario estadounidense Israel “Izzy” Englander, quien terminó desembolsando US $70 millones por el apartamento.
Esta transacción es comparable a la llevada a cabo por el empresario y multimillonario egipcio Nassef Sawiris, quien también desembolsó US $70 millones para adquirir un ático, que había sido propiedad del difunto Edgar Bronfman, en la neoyorquina 960 Fifth Ave.
Hijo de inmigrantes polacos judíos que sobrevivieron al Holocausto, Englander nació en Brooklyn en 1948. Incursionó por primera vez en el mundo de los negocios cuando todavía era un estudiante, comprando y vendiendo acciones. Conocido también por su labor filantrópica, en el 2006 donó US $20 millones, principalmente a escuelas y organizaciones judías. Israel Englander fundó la firma de fondos de cobertura Millennium Management en 1989 con una inversión inicial de US $5 millones. Actualmente, la firma maneja más de US $23.000 millones.
Con una fortuna personal que se calcula en US $3.300 millones, Englander ya era propietario de un apartamento ubicado en el piso 14 del legendario edificio, pero estaba empeñado en adquirir el dúplex vecino como un pied-à-terre o refugio para sus hijos y nietos durante sus visitas a la ciudad.
¿Pagó Englander demasiado en aquel momento por este dúplex en el número 740 de Park Avenue? De acuerdo a Victoria Shtainer, una de las más importantes agentes de bienes raíces de Nueva York y que forma parte del equipo de la firma Douglas Elliman, el hecho de que el comprador fuera dueño de un apartamento en el piso 14 del edificio fue clave en la operación. “Un apartamento siempre vale más para el vecino de la puerta de al lado que para cualquier otra persona”, señala. “Él vio la oportunidad de poder crear un triplex. Estas oportunidades sólo pasan una vez en la vida y él la aprovechó”, opina.
“Todas las grandes fortunas de la ciudad vinieron a ver el apartamento”, asegura el embajador Araud. El dúplex, de 700 metros cuadrados, tiene techos de doble altura, molduras clásicas, cinco chimeneas, elevador privado, 38 ventanas y una pequeña terraza. Su elegante escalera lleva al segundo piso, donde se ubica la impresionante suite principal de dos habitaciones. En sus salones, las maderas nobles y el mármol son los protagonistas. Su comedor para 10 personas cuenta con una magnífica vista, mientras que su amplio estudio está decorado con lujosos tapices y chimenea.
El gobierno francés pagó en su momento (1979) por el espectacular apartamento el equivalente a unos US $1,9 millones hoy, lo que significa una inaudita ganancia del 3.500 por ciento para las arcas del estado francés. Una vez finalizada la transacción, el embajador cambió su residencia a un apartamento cercano, pero mucho menos costoso, en el número 435 de la calle 52 East. ■