Los años setenta están de vuelta en todo, como el estilo más reconocible de una tendencia que ha dado un nuevo status a lo retro. Por supuesto, esto también es evidente en el diseño de interiores. Un reciente informe de la plataforma online de diseño Clippings, que recorre todo el mundo sondeando tendencias, descubrió que el lado más experimental y expresivo de los setenta se deja ver hoy en día en las principales ferias y diseño del mundo: desde Milán hasta Nueva York, pasando por París, Copenhague, Londres y Estocolmo.
Predominan los colores vivos y brillantes, figuras geométricas de todos los tamaños, patrones cuadrados y circulares en tonos anaranjados, amarillos, rosas y a veces también neutros. Espacios como el Tin House de Henning Stummel, en el Reino Unido, o la exhibición de Via Solferino, Italia, del Dimore Studio, son algunas muestras de que el look de los años 70 es ahora lo más nuevo en muebles, accesorios y diseño de interiores.
Respuesta a la tecnología
Mucho se ha especulado sobre las razones de este regreso al pasado, que no es únicamente estético. La nueva generación millennial es responsable de que solo en el 2017 se hubieran vendido más de 14 millones de discos de vinilo, una tecnología que parecía en vías de extinción. Y quien haya pasado últimamente por Etsy o Pinterest habrá notado otro comeback desconcertante: la caligrafía.
En una época en la que todo sucede demasiado rápido, en la que se escribe en teclados de móviles y computadoras, en la que la paciencia parece mal vista, lo retro parece devolver a las personas a un tiempo más lento y romántico que, dicho sea de paso, la ola hipster ha capitalizado hasta el extremo.
El último año, la influencia del espíritu disco y el arte setentero ha tomado los principales showrooms de diseño del mundo. La última presentación de Hermès Maison collection, por ejemplo, presentó un espacio laberíntico de habitaciones revestidas de azulejos en verde azulado, azul y frambuesa, y una iluminación tenue que invitaba a los visitantes a explorar sin reparos sus rincones oscuros y alcobas ocultas.
Este revival se dejó ver también en espacios como el Club Unseen by Studiopepe, proyecto de instalación creado este año en Milán para el Salón del Mobile. Arianna Lelli y Chiara Di Pinto, diseñadoras del estudio, recrearon esta suerte de bar secreto y surrealista en un recinto de finales del siglo 19. Voluptuosos sofás de bordes brocados son, entre otros muebles y detalles, los protagonistas de este espacio desenfadado donde reina la sensación de comodidad y libertad.
El estilo decorativo de los años setenta se basa en las formas redondas para componer y equilibrar los espacios, así como del uso de materiales como, precisamente, el vinilo y el cuero, sobre todo en piezas como sofás o butacas, combinadas muchas veces con aluminio y cristal.
El llamado de la vuelta a lo natural recobra también fuerza y sentido. Los cojines de peluche y las alfombras de diferentes diseños y texturas vuelven también como parte importante de esta onda retro.
La gran aportación de los años setenta en materia de diseño de interiores fue sentar las bases para lo que serían las grandes tendencias del resto del siglo 20. Pero nos preguntamos: ¿volverán después los cincuenta o los locos años veinte? Es posible, quizás porque en tiempos de incertidumbre, es común que la gente mire hacia atrás y busque la comodidad en la nostalgia. ■
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