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El edificio Cast Iron House, construido en 1881, es una auténtica joya arquitectónica neoclásica de de Tribeca, uno de los barrios más famosos de Nueva York. A través de un exhaustivo y meticuloso proceso de reconstrucción y remodelación dirigida por el célebre arquitecto japonés Shigeru Ban, ganador del prestigioso premio Pritzker de arquitectura, este viejo edificio neoyorkino se convirtió en un ícono de estilo contemporáneo que ha dejado una marca indeleble en el paisaje urbano de Manhattan.
Shigeru Ban es un referente indiscutible en el mundo de la arquitectura por la impecable estética de sus construcciones. Entre sus obras más peculiares y representativas están las viviendas creadas para las víctimas de desastres y el centro Pompidou-Metz en Francia.
Al plantearse la restauración y remodelación del vetusto edificio, el visionario arquitecto enfrentó un reto importante: rehacer un hito con su sello singular y, al mismo tiempo, conservar la esencia de uno de los ejemplos más suntuosos de la arquitectura de hierro fundido del siglo XIX de “La Gran Manzana”.
De una armonía que deslumbra, la fachada neoclásica del edificio, de más de un siglo de antigüedad, es el resultado de un trabajo minucioso desarrollado durante tres años. El cuidado extremo por los detalles obligó a retirar 4.000 piezas de hierro ornamental del exterior, llevarlas a Alabama y refundirlas para lograr recuperar la exquisitez de los detalles originales. Una vez logrado, fueron reinstaladas en el número 67 de la calle Franklin, dirección que aloja al magnífico Cast Iron House.
Como suspendidos en la cima del edificio, se construyeron dos áticos de paredes de cristal. Diseñados para ofrecer la sensación de estar flotando sobre la estructura de hierro, los amplios ambientes vidriados están rodeados de terrazas de 130 metros cuadrados (1.399 pies cuadrados) de espacio libre, que diluyen el límite entre interiores y exteriores para dar la sensación de habitar el cielo. El secreto que hace de este proyecto un lugar tan excepcional como encantador se esconde en las paredes de cristal de los áticos, que se pueden abrir completamente con tan sólo presionar un botón dejando entrar la luz y la brisa del río, y ofreciendo vistas francas al resto de la ciudad.
Creados en un estilo catedralicio, ocho pares de dúplex extraordinarios con techos de doble altura integran el edificio. Tan abiertos como frescos, la fluidez de los ambientes interiores son el sello de identidad de Shigeru Ban. Techos altos, grandes ventanales e inmensos espacios blancos, sin paredes, describen el concepto de “piso universal” que se esconde en Cast Iron House. Creados por el propio Ban, los armarios de líneas redondeadas, de laca blanco mate, forman parte del diseño de cocinas, salones y dormitorios, que contrastan con los impecables pisos de roble. Precisamente son estos detalles los que convierten a cada uno de los espacios en verdaderas obras de arte.
Gracias a dos aciertos – la reinterpretación de la historia y una mirada innovadora -, Cast Iron House es una obra impactante. Elegancia radiante y lujo contemporáneo pensados para la comodidad de sus habitantes. ■