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El DeepFlight Dragon es un sorprendente submarino personal biplaza de última generación que está conquistando a los amantes de los súper yates por ser no sólo muy simple de pilotar, sino también por ser el submarino personal más pequeño y liviano del mercado. La firma californiana DeepFlight fue fundada en 1996 y se describe a sí misma como una compañía de “aviación náutica”. Este concepto alude a que su fundador, el ingeniero Graham Hawkes, decidió crear una empresa náutica que utilizara todas las tecnologías desarrolladas en la industria de la aviación.
Su avance más significativo es su submarino personal Dragon, que puede ser pilotado por cualquier pasajero a partir de una serie de controles intuitivos patentados por la marca. Es, además, el primer submarino personal con capacidad de flotabilidad autónoma, lo que significa que, ante cualquier eventualidad, su propia composición estructural asegurará que la embarcación flote en vez de hundirse en las profundidades.Para poder lograr los comandos simples, la compañía desarrolló un sistema de monitoreo y control de inmersión denominado DeepFlight Drive Manager (DDM) que controla aspectos críticos de la inmersión como los controles de profundidad, los consumos de batería, los consumos de oxígeno y los controles de altitud que, en definitiva, evitan la necesidad de contar con una tercera plaza para un piloto profesional.
Con un aspecto muy similar al de un automóvil de Fórmula 1, el Dragon controla su posición y profundidad a partir de seis hélices, dos de las cuales se encuentran en la popa y cuatro que se acomodan en posición horizontal a ambos lados de la proa y la popa. Estas últimas le permiten al Dragon ser el único submarino personal con la capacidad de elevarse y sumergirse de manera vertical, lo que facilita las maniobras y mejora las experiencias de inmersión.
Con una autonomía de hasta seis horas a partir de su propulsión eléctrica con baterías de litio, esta embarcación de 1.800 kilos (4.000 libras), 16 pies y 5 pulgadas de largo, 6 pies y 3 pulgadas de ancho y tan sólo 3 pies y 7 pulgadas de alto (5 x 1,9 x 1,2 metros), resulta muy cómoda para los garajes de las grandes embarcaciones. Con respecto a su desempeño, puede desarrollar una velocidad crucero de cuatro nudos (7,4 km/h) y permite una inmersión de hasta 400 pies (122 m) de profundidad.
Su diseño exterior e interior ha sido cuidadosamente desarrollado a fin de insertarse rápidamente en el mercado de propietarios de súper yates, nicho en el cual la empresa ya cuenta con clientes tan célebres como Richard Branson, Tom Perkins y Dietrich Mateschitz, entre otros. A su vez, el modelo viene equipado con fijaciones para incorporar en el exterior accesorios periféricos como cámaras de alta definición, luces de largo alcance o micrófonos de ultrasonido que detecten las comunicaciones de las ballenas para localizarlas con mayor facilidad.
DeepFlight revoluciona el mercado a partir de submarinos simples de utilizar, cómodos y eficientes que, por un precio aproximado de US $1.500.000, le permita a los propietarios de súper yates acceder a experiencias de inmersión inigualables, sin necesidad de contar con entrenamiento profesional y con la seguridad de que ante cualquier inconveniente, la embarcación emergerá hacia la superficie por si sola.
Fácil de utilizar, cómodo, práctico, seguro y divertido: ¿Se puede pedir algo más en un submarino personal? ■