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El prototipo de súper-yate de 203 pies de eslora Crystal Blue que está fabricando Rolls Royce ha llamando la atención del mundo náutico de alta gama no sólo por el prestigio que la insignia de la marca representa, sino también por sus sorprendentes propuestas de diseño naval. Estas apuestan a la eliminación del puente de mando, la incorporación de combustibles sustentables y la maximización de los espacios para los pasajeros.
Diseñado para 12 pasajeros y 12 tripulantes, lo primero que llama la atención del Crystal Blue es la ausencia del puente de mando. En su lugar se extiende un enorme salón de doble altura que ocupa la proa, cubierto por una superficie vidriada que cumple la función de techo. En esta embarcación del futuro, la sala de mandos se ha mudado hacia el nivel inferior, por debajo de la línea de flotación, y funciona gracias a un sistema remoto con el cual los tripulantes controlan la nave y sus alrededores a partir de numerosos sensores, cámaras, pantallas y tecnologías activas de posicionamiento.
Con un diseño naval innovador, motorizaciones sustentables de alto rendimiento que le permiten velocidades de hasta 20 nudos y tecnologías de avanzada, el Crystal Blue es un súper yate muy distinguido, digno de la marca que lo presenta.
El punto panorámico perfecto que suele ocupar el puente de mando en las embarcaciones de esta envergadura deja de ser un privilegio de la tripulación, para convertirse en una comodidad para los pasajeros.
Otra innovación importante es la motorización a partir de un sistema de propulsión sustentable híbrido, que combina motores eléctricos con motores a Gas Natural Líquido (GNL). Si bien ésta es una tecnología que se ha utilizado en embarcaciones comerciales anteriormente, no se ha incluido hasta el momento en yates privados por el enorme tamaño de almacenamiento que los tanques de GNL necesitan. La inclusión de estos tanques ocupa casi la totalidad del nivel inferior del barco.
Como solución a este inconveniente, Rolls Royce diseñó un barco complementario de 137 pies de eslora denominado Blue Shadow, que no sólo funciona como reserva de combustible extra para la nave principal (en combinación lograrían una autonomía de 4.400 millas náuticas), sino que también transporta los juguetes náuticos complementarios y funciona como helipuerto móvil. Esta innovación permite equipar al barco principal con comodidades extras para los pasajeros.
El prototipo del yate, presentado a finales de 2017, se muestra moderno, algo futurista, protagonizado por las líneas rectas de perfiles angulosos y con una proa cerrada que ofrece un ataque frontal de doble altura. La popa, por su parte, está protagonizada por amplias cubiertas en todos los niveles y balcones de líneas diagonales que le aportan una estética excepcional.
Con un diseño naval innovador, motorizaciones sustentables de alto rendimiento que le permiten velocidades de hasta 20 nudos y tecnologías de avanzada, el Crystal Blue es un súper yate muy distinguido, digno de la marca que lo presenta. ■