René González tiene su currículum de arquitecto cargado de magníficas joyas arquitectónicas que hablan con voz suave pero que transmiten un mensaje de gran profundidad. Nació en Cuba y a los dos años se trasladó a la soleada Florida estadounidense, concretamente a Ft. Lauderdale. Desde muy pequeño, René González tuvo claro que quería ser arquitecto y ya en la escuela secundaria demostraría su interés por el diseño.
Tras graduarse, estudió en la Universidad de Gainesville, en Florida, donde obtuvo su título de arquitecto (BA). Después pasó a una escuela de posgrado y consiguió un Master de arquitectura en UCLA. En California, René perfeccionó sus habilidades bajo la tutela de renombrados profesionales como Richard Meier y Frank Israel, en una etapa en la que experimentó mucho con materiales y formas.
“Miami es similar a Los Ángeles en muchos aspectos y creo que nos estamos poniendo al día”, dice René. Se refiere a los elementos naturales que hacen interesantes a ambas ciudades, grandes y un poco caóticas: el clima, el agua, el entorno y una increíble luz natural.
Su arquitectura es sensorial y poética. Conocido por difuminar las líneas que separan los espacios exteriores e interiores, René domina como nadie la faceta intelectual del oficio y se mantiene fiel a las exigencias y a la estética de su tiempo. Combina materiales y conceptos para adaptarse a las ideas contemporáneas de belleza y funcionalidad. Se nutre de elementos naturales y también de los construidos por el hombre, fundiendo ambos en formas que resultan sencillas y audaces y crean un nuevo concepto del lugar.
No es racionalista ni fanático de la “ciudad jardín” y su ciudad favorita sería una mezcla de Río de Janeiro, Estambul y Nueva York. Entre sus obras más conocidas se cuentan residencias privadas, galerías de arte y elegantes centros comerciales.
«El arquitecto no es artista»
Para René, el concepto de arquitecto va más allá del arte. “El arquitecto no es artista y la arquitectura no es arte, pero tiene resonancias poéticas”, dice. Coquetea con el mundo del arte en exposiciones y conferencias en las principales universidades, creando instalaciones para museos y galerías como la Fundación Cisneros Fontanals, el Museo de Arte de Miami y el Museo de Arte Contemporáneo de Miami.
“El proceso arquitectónico es muy largo”, explica. “Sin embargo, las instalaciones son muy satisfactorias porque uno consigue gratificación inmediata”. Durante más de diez años, tras volver a Miami, colaboró con Mark Hampton, en el Museo Wolfsonian de Miami Beach y pasó a diseñar museos y galerías impregnados de rigor modernista.
René cree que “la arquitectura tiene potencial de ser memorable”, algo que experimentó en su visita al Instituto Salk en La Jolla, California, obra de Louis Khan.
González trabajó con Richard Meier en las fases iniciales del Museo de arte Getty, y tenía bien aprendida la lección cuando le pidieron que construyera las oficinas centrales de la Fundación Cisneros Fontanals (CIFO), en el Downtown de Miami. En esa ocasión, el reto consistía en reutilizar un edificio de la zona abandonada de la ciudad. Sabía que para tener éxito, la construcción debía establecer una “conversación” con su entorno natural y social. “Los edificios pueden transformar el entorno cultural que los rodea adaptándose y haciéndose importantes dentro de ese hábitat».
«Las iglesias se convierten en clubes nocturnos, los teatros en bibliotecas…» Y con su modestia habitual, añade: “La fachada de CIFO no es una obra de arte. Está destinado a ser un oasis en una zona compleja de la ciudad. Se puede contemplar desde ángulos diversos y se puede descubrir algo nuevo en cada ocasión. El diseño de museos y galerías no debe interferir en el trabajo del curador”. La verdad es que los resultados hacen frente al trabajo artístico de la colección “sin robar protagonismo”. Su obra contiene riqueza sin caer en el exceso.
RGA, la empresa de González establecida en Miami hace 22 años, es también responsable de algunos de los proyectos con más proyección a futuro de la ciudad. La empresa ha recibido varios premios prestigiosos, incluyendo dos galardones del Instituto Nacional Americano de Diseño Arquitectónico. Otra de sus obras que destacan, es una casa de 30.000 pies cuadrados con fachada de vidrio en la exclusiva isla de Indian Creek.
El director de RGA toma en cuenta las peticiones de sus clientes pero también los elementos del entorno particular, permitiendo que el lugar y el ambiente tengan su influencia, y al reconocer la esencia del lugar lo convierte en un espacio habitable.
La casa de Indian Creek, que está orientada horizontalmente hacia el sol para sacar partido a la increíble luz natural de Florida, se compone de una serie de pabellones separados por patios de piedra caliza, cursos de agua y estanques de koi. González le dio un enfoque holístico a este trabajo que integra arquitectura, interiorismo y paisajismo, creando una ambigüedad deliberada entre los espacios interior y exterior. Más que una casa, esta propiedad puede ser considerada como un resort personal y privado. Una muestra del atractivo mercado de inmuebles de lujo en esta parte del mundo.
Obras de lujo en South Beach
Otro de los recientes éxitos del arquitecto ha sido el diseño de los dos locales de The Alchemist en South Beach. Uno refleja la energía Chic de South Beach, con ventanales que van del tejado al suelo, y superficies de espejos que reflejan el cielo por arriba y la calle por abajo. La segunda tienda es todo lo contrario, una caja aislada, un espacio cerrado como un capullo, que permite a los clientes desconectar de la animación, el sonido y el calor de la ciudad, y recogerse en un lenguaje tranquilizador de movimiento, color, textura y luz.
René González sigue utilizando los materiales de forma sorprendente. Una espuma de melamina envuelve techos y paredes, actuando como un amortiguador para la estructura circundante, y proporcionando una calidad táctil totalmente suave y poco habitual en la arquitectura. El resultado es armonioso, visceral y dramático.
René González ya no es el hijo pródigo que vuelve a casa para cumplir un sueño. Se ha convertido en un arquitecto experimentado que está construyendo no sólo hermosos espacios, sino también un legado arquitectónico que continúa redefiniendo su forma de vivir y sentir la arquitectura.
Rincón del sibarita
Libro favorito
Ver es olvidar el nombre de la cosa que se ve. Conversaciones con Robert Irwin de Lawrence Weschler.
Artista favorito
Anish Kapoor.
Museo favorito
Fundación Beyeler de Renzo Piano.
Película favorita
Until the End of the World – Wim Wenders.
Destino favorito de vacaciones
Tulum, como un lugar para relajarse. Tíbet, porque es un lugar de otro mundo.
Movimiento arquitecónico favorito
Bauhaus.
Hito arquitectónico
Salk Institute, en La Jolla California.
Restaurante favorito
Mimoza en Gumusluk Bodrum.
Momento histórico favorito
Partición del Mar Rojo – ¡El mayor espectáculo del mundo! ■
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