Origami es la palabra en japonés del arte ancestral nipón que consiste en crear elaboradas figuras tan sólo utilizando las manos y un papel cuadrado o rectangular. Al ver las imágenes que acompañan esta entrevista, resulta complicado imaginar como es posible conseguir formas tan sorprendentes con esta técnica. Kunihiko Kasahara y Tomoko Fuse son dos de los maestros con mayor reconocimiento mundial en este arte, sin embargo, es nuestro entrevistado, de origen suizo y con raíces sudafricanas, quien se ha convertido en la estrella actual del origami.
Amante de los avioncitos de papel desde que era un niño, Sipho Mabona vive, desde que nació (1979), en Lucerna (Suiza) y realiza asombrosos diseños tan variados como insectos, animales, seres humanos e incluso aliens utilizando este método.
SIPHO MABONA.
Además de realizar campañas de publicidad para grandes marcas, Mabona realiza exposiciones alrededor del mundo, consiguiendo numerosos premios de gran prestigio. En los inicios de su carrera artística, Sipho compartía este hobbie con su trabajo como profesor de inglés, labor que abandonó para dedicarse por completo al origami. Con su entrevista nos adentramos en este apasionante y meticuloso trabajo.
¿Cómo surge su pasión por este arte milenario?
Siempre me han gustado las artes manuales. Cuando era pequeño pasaba mucho tiempo libre construyendo o pintando cosas como arcos y flechas, aviones, etc. Por esa pasión de niño me interesé desde joven por conocer y leer las instrucciones para doblar papel. Me resultó fácil aprender el origami y me enganché enseguida.
Es natural de Suiza, pero su pasión viene de un lugar mucho más lejano. ¿Qué valoración obtuvo su trabajo en Japón en sus comienzos?
Para ser sincero, conocieron mis actividades con el origami cuando ya llevaba unos siete u ocho años haciéndolo. En aquella época ya había inventado unos modelos bastante sofisticados. Eso debió impresionarles mucho. Por eso, me pidieron ser el invitado de honor en su convención anual de origami en Tokio.
Realiza bellísimas exposiciones con instalaciones muy complejas y, por el contrario, campañas de publicidad. ¿Qué faceta le hace sentirse más cómodo?
Francamente, mis propias creaciones, ya que ahí puedo expresar mis pensamientos y sentimientos personales. Me permiten cuestionar, preguntar. Cuando realizo un encargo, en la mayoría de las ocasiones, lo único que hago es ejecutar y realizar los pensamientos y deseos de otra persona.
En su obra, aparte de un mensaje estético, ¿hay un mensaje ético?
Me encanta la artesanía y estoy muy orgulloso de lo que hago, pero para mí, lo estético ha llegado a tomar un papel secundario. Prefiero tratar temas contemporáneos como los problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad.
Enhorabuena por el laborioso y espectacular trabajo Origami In the Pursuit of Perfection, que realizó para la marca de ropa deportiva Asics. ¿Cómo es para usted trabajar con su técnica para grandes multinacionales?
Depende del cliente y del trabajo. Normalmente no entro en contacto directo con las grandes empresas, hablo con agentes o agencias. Estas conversaciones a tres pueden ser pesadas ya que necesitan mucho tiempo y suelen llevar a malos entendidos. Por otro lado, los elevados presupuestos hacen posible la combinación de los recursos humanos y de equipamiento necesarios para llevar a cabo resultados fantásticos. Además de que te ofrece una proyección pública muy notoria.
A la hora de trabajar con el papel para conseguir estas fantásticas creaciones no esta permitido usar tijeras, ni pegamento ni grapas. Resulta sorprendente la complejidad de sus creaciones sin recurrir a estos utensilios.
Suelo tardar desde una semana hasta varios meses en realizar un nuevo diseño y lo sigo puliéndolo durante los años posteriores. Una vez que entiendes y dominas los principios del diseño del origami, lo más importante es la experiencia y la práctica.
¿Es el origami un arte sin fronteras?
Sí. Aunque la estética del origami pueda estar muy arraigada en la cultura nipona, yo personalmente creo que los mensajes que puede transmitir este arte son universales: el cambio, la evolución, lo efímero y la esperanza. Todas son para mí cualidades o estados universales de la vida, y el origami los representa todos.
Una de sus proezas es conseguir elevar a moderno y actual un arte ancestral. ¿Tiene el origami su lugar en la cultura pop?
Al observar la presencia mediática del origami, sobre todo en la publicidad y en internet, creo que está logrando ocupar su lugar en la cultura pop. Pero hace falta un empuje más para que acabe de llegar. ■
FOTO: Fabian Biasio / www.biasio.com